Tres de cada diez hogares compran menos frescos

Los expertos creen que es una de las consecuencias más “preocupantes” de la inflación

Consumidor en una frutería / Redacción FRS

La mayor parte de la población apenas ha visto modificada su situación económica después de la pandemia. De hecho, alrededor del 50% afirma que continúa siendo igual, si bien hay un 13% de las familias que dicen que ha mejorado, mientras el 35% declara que su situación ha empeorado.

No solo es la pandemia lo que ha influido en esta evolución. La escalada inflacionaria afecta al bolsillo de los consumidores, tal y como se desprende del estudio ‘Sociedad y decisión alimentaria en España’ presentado por la Fundación Mapfre y el Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad.

Hay numerosos datos que merecen la atención de las autoridades y también del propio sector alimentario, uno de los más afectados por la situación. En último término, no solo se trata de un problema económico, sino de salud. En ese sentido, los datos muestran que el 30% de los hogares han reducido la cantidad de alimentos frescos que consumen. Ese porcentaje se eleva por encima del 53% en el caso de los hogares de cinco personas o más, que son precisamente los que aglutinan más población vulnerable, como son niños y ancianos.

Preguntado por Food Retail & Service, Gregorio Varela Moreiras (CEU), asegura que esta reducción en el consumo de alimentos frescos “es preocupante”. De hecho, cree que la dieta mediterránea y sus efectos se caracterizan sobre todo por la gran cantidad de productos frescos y de origen vegetal que utilizan.

Si bien es cierto que los frescos representan la joya de la corona en la alimentación, el catedrático de Nutrición y Bromatología defiende la calidad de otras alternativas, como los alimentos congelados. “Tenemos una industria muy buena desde el punto de vista de cómo se congela incluso a pie de mata”, describe.

Así, sostiene que “los alimentos congelados mantienen muy bien el valor nutritivo” desde el punto de vista nutricional. El consumo de este tipo de alimentos puede ser una alternativa a los frescos, en particular con el pescado y las verduras, señala. En todo caso, recuerda que “ojalá podamos recuperar el consumo de productos frescos porque nos va a procurar una mejor alimentación”.

Alternativas para ahorrar

Los consumidores se han visto sorprendidos por una menor capacidad de compra. Según el informe, las principales formas de afrontar esta subida de precios son apostar por la marca de distribuidor, pero también por productos y establecimientos más baratos. De ese modo, destaca que, a menor nivel de ingresos, menor consumo de frescos.

Precisando un poco más, el cambio de productos y establecimientos es más frecuente en edades más tempranas y cuanto más grandes son los hogares. Por otro lado, también influye el día del mes: el 28% de los consumidores varía el tipo de compra según si se encuentra a principios o a final de mes. Lo mismo ocurre con los establecimientos donde compra (26,2%).

En ese sentido, más allá del precio, los shoppers se fijan en la fecha de caducidad de los productos, además de otros aspectos como en si existe alguna promoción y, cada vez más, en que sean saludables.

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