El origen español de los alimentos: ¿moda puntual o nuevo driver de consumo?
En la segunda semana de febrero se han triplicado las búsquedas en Google relacionadas con los códigos de barras de España. El consumidor está mostrando una sensibilidad creciente por comprar productos ‘propios’ y eliminar de su cesta de la compra todo lo proveniente de más allá de nuestras fronteras. ¿Será un fenómeno puntual y pasajero o un importante factor en la decisión de compra?
Identificar la procedencia de los productos que adquirimos en el supermercado se ha convertido en un factor de interés creciente para el consumidor español. Así lo demuestra el hecho de que, en la segunda semana de febrero, se hayan triplicado las búsquedas en Google relacionadas con los códigos de barras de España.
Ya sea a raíz de las recientes movilizaciones del campo -y como supuesto apoyo a las protestas de los agricultores-, ya sea por ‘contagio’ de conductas procedentes de Francia que hemos podido apreciar y que han saltado a los medios estas últimas semanas -en defensa de los productos ‘nacionales’ y en detrimento de los extranjeros-, lo cierto es que se está incrementando la inquietud en la ciudadanía por consumir productos españoles como una forma de "protegerlos" y fomentar su consumo.
De hecho, en un contexto de inflación y de subida de precios como el actual, resulta llamativo cómo algunos consumidores animan desde las redes sociales a llevar a cabo esta ‘compra selectiva’, incluso advirtiendo de que "todo lo que sea de España, en vez de estar más barato, está más caro", como ya informamos en FoodRetail & Service. Justifican en última instancia la decisión de compra alegando una "mayor calidad" del producto español, "que se nota en el paladar", y poniendo en valor que su mayor precio "por algo será".
¿Responderá este tipo de comportamientos a un fenómeno puntual y pasajero, o la apuesta por adquirir solo productos ‘made in Spain’ se consolidará en el tiempo como un nuevo driver de consumo?
Código de barras: más allá de la leyenda urbana
En todo caso, es importante recordar que el código de barras -un elemento clave para el comercio y la industria moderna, cuya presencia debe entenderse como sinónimo de calidad para los consumidores- no es un método válido para identificar los productos de España.
Es rotundamente falso que el famoso código 84 -o por extensión 841- identifique que un producto sea español, ni que esté hecho en España o esté comercializado por una empresa española: lo que únicamente viene a identificar este número es el país de origen de dicho código.
Como alertan los expertos, adivinar la procedencia real de un producto no es tarea sencilla, al no existir ningún mecanismo concreto para identificar el origen de un producto o incluso de sus materias primas. Según informan en este sentido desde Aecoc, "la única manera de acercarse a saber el origen de un producto es en la propia etiqueta o investigando en la página web del productor".
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