El proveedor teme el abuso del distribuidor al negociar
El estudio de Consumers International presentado en Esade entra en disputa con el realizado en el Iese por los distribuidores el año pasado.
“En toda economía avanzada, hay millones de consumidores, miles de proveedores y unas pocas grandes superficies”. Así introducía su intervención Robert Young, director de Europe Economics, encargado de explicar las conclusiones del informe de la federación de consumidores internacional Consumers International sobre “La relación entre la distribución y los proveedores”, presentado en Esade.
Es un análisis del mercado alimentario en el que se pretende hacer patente que el abuso de poder de compra por parte de los supermercados se practica de manera difundida y habitual en contra de los proveedores, lo que acabará perjudicando al consumidor en última instancia. Un abuso de poder abordado de forma ineficaz por las autoridades de competencia, además.
La presentación del informe ha tenido lugar en plena discusión sobre el Anteproyecto de Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la Cadena Alimentaria. Asimismo, dos meses atrás, el Iese presentó un estudio promovido por la distribución en el que se pretende desmitificar el dominio de ésta.
Uno de los principales capítulos del estudio hace referencia al poder de compra, es decir, a la habilidad para obtener mejores términos de venta de los proveedores. Esto supone un control por parte de la distribución sobre éstos que no existiría de haber un equilibrio en la capacidad negociadora entre ambos.
Este desequilibrio se traduciría en toda una serie de abusos, a saber: tasas de inclusión (sitio en el supermercado), cambios en los términos de condiciones y acuerdos (muchas veces son verbales), demanda de descuentos adicionales o imprevistos o de pagos para promociones, aperturas o remodelaciones, desequilibrio en los costes compartidos por ambas partes, devoluciones a expensas del proveedor, o bien la exigencia por parte del distribuidor de conocer los planes de futuro de las marcas, entre otros.
Este abuso de poder produce incertidumbre a los proveedores, además de costes añadidos que pueden llegar a ser sustanciales, incluso por encima del 50% de sus ganancias, afectando especialmente a pymes agrícolas. Esto produce un clima de miedo hacia los supermercados, cuyo poder de compra lo hacen efectivo al dominar el suministro de productos comestibles para los consumidores. En España, por ejemplo, cinco cadenas dominanel 70% del mercado (datos de 2009).
Fuentes consultadas del sector de la distribución han criticado el informe por responder a los intereses de aquellos fabricantes que no producen marca para los distribuidores y que pretenden que les defiendan de la competencia en vez de que se defienda la competencia, cuyo beneficio es para el consumidor. A su vez, reconocen que hay aspectos que corregir con el sector agrario, pero que los problemas de concentración no son sólo cosa de la distribución, sino también de la propia industria.
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