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Buenas previsiones de visitas a las bodegas para este verano

Turismo nacional e internacional es el objetivo de las bodegas, que ven en las visitas una forma de generar ventas directas futuras.

Redacción

25 de junio 2017 - 11:23

El enoturismo en zonas costeras está experimentando un auge
El enoturismo en zonas costeras está experimentando un auge / Redacción FRS

Cada vez más turistas aprovechan su estancia en la playa para hacer enoturismo. Esta es la percepción de algunas de las bodegas más volcadas con el turismo enológico en zonas costeras consultadas por el portal Turismodevino. De hecho, las perspectivas para este verano apuntan a un crecimiento del 10% de este tipo de visitantes.

Si bien las cifras de visitas a bodegas son más altas en los meses de abril, mayo, septiembre y octubre, las bodegas consultadas en zonas costeras destacan el crecimiento en los meses de verano en los últimos años, así como el gran potencial de estos meses dada la enorme afluencia de turistas nacionales e internacionales.

Entre las razones por las que las bodegas se muestran optimistas con esta evolución se encuentra la tendencia a probar más productos locales durante las vacaciones, la búsqueda de actividades a cubierto los días en que amanece nublado, el ambiente fresco que ofrecen las propias bodegas para disfrutar de una visita, o la propia necesidad de abandonar por un día la rutina de ir a la playa.

Luis Lechuga, CEO de Turismodevino, destaca la oportunidad de “escapar” de la playa que ofrece el enoturismo: “Muchas parejas se reúnen con padres y familia en zonas costeras en estos meses de verano. Una tendencia interesante consiste en dejar a los niños con los abuelos y pasar una noche en un hotel con encanto y disfrutar de gastronomía y vino en pareja, alejados de la rutina de las propias vacaciones”.

ALGUNAS RECOMENDACIONES

Entre las opciones que recomienda el análisis de este portal figura Elche como alternativa enológica en Alicante, donde se han desarrollado Mistelas y vinos de calidad en los últimos años. En la ciudad hay también bodegas familiares que ofrecen la oportunidad de aprender de vino de una forma diferente al de las grandes bodegas más habituadas al enoturismo.

También la Costa Brava, el Priorato o el Penedés son lugares destacados para esta actividad, en concreto el Amporda en el caso de la Costa Brava, el Penedés cerca de Sitges, o Priorat en Tarragona.

Las playas gaditanas y los vinos de Jerez, ofrecen igualmente una combinación perfecta. Lo mismo que Galicia. Una ruta del vino por tierras gallegas no debería pasar por alto las Rías Baixas. Esta denominación de origen con 25 años cuenta con más de 50 bodegas que se pueden visitar y más de 100 propuestas relacionadas con el enoturismo. Entre pueblos marineros, pazos y monasterios el paisaje está salpicado de los viñedos que, entre otros, dan luz al vino Albariño.

Otras zonas con mucho potencial en este sentido son Lanzarote, Mallorca o la región de Murcia, que ofrecen numerosas bodegas a pocos kilómetros del mar.

Más allá de los ingresos de la visita y la posible compra para consumo durante el verano, las bodegas buscan en estos meses conectar con el consumidor. “Se trata de vincular los buenos recuerdos de las vacaciones con aquella visita a bodega y potenciar así las compras durante el resto del año”, comenta Luis Lechuga, que concluye: “Además, no es necesario ser un experto en vino para disfrutar de una buena experiencia en torno al enoturismo. Hay que desmitificar esa creencia popular que aparta a los turistas potenciales del turismo enológico”.

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