Montoro pone su ojo en las bebidas azucaradas y enfada al sector
La más que posible subida de impuestos ha levantando en armas al sector, que critica la falta de diálogo del Ejecutivo central.
Se acerca una subida de impuestos para las bebidas azucaradas en España, con la que el Gobierno espera lograr unos 300 millones de recaudación. Se espera que la medida sea aprobada este viernes en el Consejo de Ministros y la propuesta ha levantando en armas al sector, que critica la falta de diálogo del Ejecutivo con los sectores afectados y que apruebe la subida por sorpresa.
"Necesitamos recaudar más, pero de la manera más neutra posible para que continúe el crecimiento y la creación de empleo", ha dicho esta misma semana Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, quien es el centro de todas las críticas no solo por parte del sector de las bebidas azucaradas, sino también de todas las asociaciones del gran consumo y la hostelería, que han mostrado su preocupación por una posible nueva subida impositiva sobre determinados bienes de consumo, como los impuestos especiales, "que afectarían directamente al ciudadano y retraerían el consumo".
Centrándonos en las bebidas azucaradas, la patronal del sector de las bebidas refrescantes (Anfabra) ha mostrado su "total disconformidad" con la subida de impuestos y denuncia que se ha enterado de esta propuesta a través de las informaciones publicadas en los medios de comunicación.
"Nuestra industria ha demostrado siempre su compromiso con el diálogo y la búsqueda de soluciones. Este miércoles el sector de bebidas refrescantes estaba reunido con el Ministerio de Sanidad para impulsar un compromiso de reducción voluntaria del contenido de azúcar puesto en el mercado en estas bebidas, reducción que ya ha alcanzado un 23% en los últimos 10 años", indica en un comunicado.
En el texto difundido en su página web, Anfabra opina que la subida de impuestos "perjudicaría la competitividad de la industria de bebidas y de manera especial, de la hostelería y el turismo; supondría un obstáculo en la recuperación del consumo y de la economía".
Ve "injusto y discriminatorio" gravar a una categoría por tener un ingrediente, pero no al ingrediente en sí. "Los impuestos sobre alimentos y bebidas son regresivos y afectan especialmente a las clases con menos recursos. Está demostrado que los impuestos no son eficaces para resolver problemas de salud ni para cambiar hábitos de consumo y rompen con el principio de que no existen alimentos buenos o malos, ya que la clave pasa por dietas equilibradas", añade.
Como conclusión, Anfabra solicita diálogo al Gobierno de Mariano Rajoy y a Cristóbal Montoro en particular "para tratar una medida de tanto calado como ésta".
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