Ribera del Duero logra una añada 2018 "Muy Buena"
Así la ha calificado un Comité Excepcional, formado por nueve profesionales del sector, que ha catado diez vinos representativos de esta Denominación de Origen.
El Consejo Regulador de Ribera del Duero ha contado este año con un Comité Excepcional de Calificación, formado por nueve profesionales del mundo de la sumillería y la comunicación que se ha encargado de calificar la añada 2018 de la Denominación de Origen, con el objetivo de determinar la calidad de los vinos elaborados con la uva de la última cosecha. La calificación ha sido de "Muy Buena", informa la entidad.
En concreto, los sumilleres han llevado a cabo una cata de diez vinos representativos de la Ribera del Duero, que han sido previamente seleccionados durante los pasados meses por el Departamento Técnico, tras sucesivas catas de más de 300 referencias. El citado Comité ha realizado un análisis de esos vinos, empleando sus conocimientos y experiencia para ver las cualidades de cada uno de ellos en el momento actual y su potencialidad futura, cuando lleguen al consumidor.
Según Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador, "a la vista de las puntuaciones otorgadas, se obtiene la calificación de Muy Buena, por lo que el Pleno decide por unanimidad otorgar a la Cosecha de 2018 en la Denominación de Origen Ribera del Duero dicha calificación".
INVIERNO "FRÍO Y DESAFIANTE"
Según se explica desde el Consejo Regulador, el invierno de 2018 fue, como suele suceder en Ribera de Duero, "frío y desafiante" para las plantas de vid, alcanzándose temperaturas de hasta -12ºC, continuando las bajas temperaturas durante el principio de la primavera con unos meses de febrero y marzo bastante fríos. Finalmente la lluvia hizo su aparición en la zona, en abundantes cantidades, a finales del invierno y durante la primavera. Así las cosas, el desborre se produjo de forma generalizada en las fechas habituales de finales de abril.
A finales del mes de junio las lluvias finalmente se detuvieron y se registraron temperaturas más cálidas, propiciándose las condiciones ideales para una "buena fructificación y cuajado" de los frutos que ya en ese momento auguraban una abundante cosecha. En julio las temperaturas fueron algo inferiores a lo habitual, lo que condujo a que las plantas continuaran con su rápido desarrollo ayudado notablemente además por las abundantes reservas hídricas.
Durante el proceso de maduración, con temperaturas muy cálidas en septiembre y más altas de lo habitual en octubre, se produjo una evolución rápida en el caso de las plantas que tenían menos cantidad de uva, debiendo posteriormente los viticultores esperar un poco más para la perfecta maduración en el caso de las plantas con mayor producción, lo que fue una "nota bastante común" esta campaña debido a la dimensión de las bayas, superior a la habitual.
La campaña de vendimia fue más larga de lo habitual, comenzando el día 17 de septiembre y finalizando justo al acabar el mes de octubre. Según el Consejo Regulador, lo primero que sorprende de los vinos de los cosecha 2018 es su "expresiva y rica gama de colores" que forma un conjunto "muy atrayente" desde un punto de vista visual. La nariz, aunque aún no desarrollada, nos sitúa ya en estos momentos en vinos muy francos con un gran componente frutal. En boca encontramos vinos frescos, con una buena acidez.
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