Javier Campo (Aecoc): "Una sociedad madura tiene que saber cuál es el coste de lo que quiere"
El presidente de Aecoc ha dejado sus impresiones acerca de la nueva legislación laboral y medioambiental y sus repercusiones en el gran consumo. También ha abordado los grandes problemas a los que se enfrenta el gran consumo en el contexto de la economía española y global.
"El sector del gran consumo todavía no se ha recuperado los niveles previos al Covid-19", ha defendido Javier Campo, presidente de Aecoc, durante la presentación del 38º Congreso de Gran Consumo celebrado en Zaragoza.
En la actualidad hay en España más de un millón de empleos más que en 2019, pero se trabaja el mismo número de horas, la productividad ha descendido y la presión fiscal y regulatoria se han incrementado considerablemente. Además, las dificultades de la coyuntura inflacionaria para el gran consumo "todavía no pueden darse por concluidas", ha advertido Campo. En algunas categorías, de hecho, se han recrudecido como consecuencia de la sequía que padece nuestro país.
En primer lugar, cabe tener en cuenta que España ha recuperado los niveles de PIB pre-Covid más tarde que nuestros vecinos europeos, a finales de 2023.
A diferencia de lo que sucedió durante la crisis de 2008, la política fiscal ha impulsado la recuperación desde 2020. El endeudamiento público se ha incrementado en 200.000 millones, lo que apunta a la necesidad de un futuro ajuste fiscal que obligará a una nueva senda de austeridad.
Presión fiscal
La mayor parte de los países de la Eurozona ha incrementado la presión fiscal. Sin embargo, lo ha hecho de manera moderada y con la finalidad de combatir los efectos específicos de la crisis post-Covid. Por el contrario, España ha incrementado la presión fiscal el 10%, con diferentes objetivos —luchar contra el Covid, financiar las vacunas, los Erte, los ICOs y otros motivos.
"Por fortuna, la mayoría de estos problemas han quedado atrás, por lo que deberíamos controlar las partidas de gasto en lugar de incrementar la fiscalidad. De esa manera evitaríamos dañar la economía", recomienda Campo.
Situación general del empleo: paro, desigualdad, productividad
Como se ha dicho, en la época posterior al Covid el número de trabajadores activos se ha incrementado. En relación a esto, el índice de Gini —que mide las desigualdades sociales— ha descendido de manera sostenida desde 2019.
Gracias al buen comportamiento del mercado de trabajo, el consumo y la morosidad bancaria se han sostenido en términos positivos.
El número de trabajadores se ha incrementado en 1,1 millones de personas en los últimos años, pero el número de horas trabajadas está en los mismos niveles que en 2019. ¿A qué se debe esto? El presidente de Aecoc señala varios factores:
- El incremento del absentismo. Se calcula que entre 300.000-400.000 empleos se ha creado para compensar el absentismo, que se ha elevado considerablemente desde 2019.
- El incremento del empleo público, cuyos empleados trabajan menos horas de media que los trabajadores del sector privado.
- El incremento del trabajo a tiempo parcial.
En este sentido, Campo considera que "la nueva ley de reducción de jornada prometida por la coalición de Gobierno ahondará en el problema de competitividad de nuestra economía".
Por otro lado, la productividad española está seriamente erosionada: ha crecido muy por debajo de la productividad del resto de países europeos, de manera que hoy nos encontramos más lejos de la media europea que en 2019.
En 2008, el PIB per capita español se encontraba en torno al 85% respecto a la media europea, mientras que ahora nos encontramos en torno al 78%, un nivel similar a los años 90. "En otras palabras, hemos perdido 30 años", señala Campo.
¿Cómo se puede recuperar el crecimiento?
Esta es probablemente la gran pregunta, y una primera solución es sencilla: aumentar el empleo sobre la población total.
En España sólo trabaja el 54% de la población en edad de trabajar, muy por debajo de las tasas del resto de Europa, que se sitúa en el 60-70%.
Asimismo, la población se encuentra en declive.
España concluyó el año pasado con 9,8 millones de jubilados, y en 20 años esta población alcanzará los 16 millones.
"Este proceso en el que la población activa es un porcentaje cada vez menor respecto al total de población tiene un efecto de arrastre negativo sobre el PIB per cápita", advierte Campo. "Deberíamos impulsar políticas activas de empleo, puesto que no podemos justificar que haya paro alto cuando hay sectores que carecen de personal", señala.
Varios de los medios señalados por Javier campo para recuperar el empleo son:
1) Impulsar la jubilación activa, aumentando la flexibilidad del mercado de trabajo, con nuevos esquemas de relación laboral para la población que se acerca a la edad de jubilación.
2) Políticas de inmigración e integración para cubrir las carencias del mercado de trabajo. Deberíamos pasar de la 'gran renuncia' que siguió al Covid-19 al 'gran regreso' de los trabajadores al mercado de trabajo.
3) Aumentar la productividad, que no sólo está el 24% por debajo de la media en la Eurozona, sino que va en declive y agravará nuestros problemas económicas.
Éste último punto es seguramente uno de los más críticos. ¿Qué se puede hacer por mejorar la productividad?
En primer lugar, "mejorar la competencia de nuestra fuerza laboral", señala Campo. Sólo una minoría de estudiantes españoles cursa estudios relacionados con capacidades STEM (ingenierías, informática, etc.), muy por debajo de la media de la UE, a pesar del incremento en la demanda de estas capacidades. Asimismo, se tiene que reforzar la FP dual.
"Tenemos un problema con los recursos humanos y será más crítico en el futuro", advierte Campo.
4) Incrementar la innovación y la implantación de nuevas tecnologías. "Pensábamos que la digitalización iba a servir para mejorar la productividad, pero sólo ha servido para mover volúmenes", explica Campo. "La inteligencia artificial tendrá una curva de aprendizaje mayor de la que pensamos, por lo que debemos empezar ya", indica el presidente de Aecoc.
5) Aumentar el tamaño de las empresas.
6) Se debe reforzar el mercado único español, que cada vez está más erosionado con regulaciones y objetivos autonómicos muy divergentes.
7) Mejorar la calidad de las instituciones, cada día más erosionadas, que ponen en peligro la salud de nuestra economía. "Para realizar estas reformas estructurales se requiere consenso político y visión a largo plazo", señala Campo.
Situación del gran consumo
El hecho de que la economía española haya recuperado sus niveles pre-Covid se debe fundamentalmente a dos factores: crecimiento del empleo público y crecimiento del sector exterior, que se compone de exportaciones y turismo (recordemos que éste último ha batido récords en el último verano).
Sin embargo, el consumo externo se encuentra varios puntos por debajo de los niveles pre-Covid.
Sostenibilidad: una visión general
Las emisiones de CO2 dependen de varios factures: el nivel de población, el PIB per cápita, la eficiencia energética (cuánta energía se consume por cada unidad de PIB) y la limpieza energética (cuántas unidades de CO2 se emiten por cada unidad de PIB).
Desde 1950, el crecimiento de la población ha sido exponencial: se ha pasado de 1.800 millones de personas a 7.000 millones en 2020, y en la actualidad nos acercamos rápidamente a los 7.500 millones.
Asimismo, el PIB mundial se ha multiplicado en los últimos 50 años y el consumo se ha multiplicado por siete.
En los últimos 30 años se ha producido el 52,7% de las emisiones de CO2.
El gran consumo y la presión regulatoria medioambiental
En este contexto, los organismos de la Unión Europea están incrementando la regulación sobre las emisiones de CO2.
Cabe señalar que el sector del gran consumo se ha anticipado a muchas de las regulaciones.
Las compañías del sector han reducido sus emisiones de CO2 el 31% en los últimos cinco años. El 89,3% de las mismas ha adoptado medidas para reducir el packaging de sus productos o hacerlos más sostenibles, y el conjunto de las medidas adoptadas ha permitido reducir el 19,5% el uso de plásticos destinados a envases y embalajes en los últimos cinco años.
Sin embargo, la nueva legislación medioambiental quiere gravar y regular todavía más la actividad del sector y su "impacto sobre la actividad económica será enorme", advierte Campo. "La transición ecológica se cifra en varios cientos de miles de millones de euros en España", señala el presidente de Aecoc.
"Todos sabemos que queremos salir de los combustibles fósiles, pero no sabemos adónde vamos. Muchos quieren avanzar hacia las baterías eléctricas sin saber cómo vamos a reciclar todas las baterías de litio cuando termine su vida útil; el hidrógeno, que tiene más potencial, aún se encuentra en desarrollo", ha explicado Campo.
Además, ¿qué coste tienen todas estas medidas medioambientales? "Una sociedad madura tiene que saber qué quiere hacer y por qué, pero también cuál es el coste", señala Campo.
El directivo ha lamentado que el Gobierno de España quiera ir por delante de la legislación de la Unión Europea —con el impuesto al plástico, el Real decreto de envases y reutilización, etc.—, lo que "penaliza gravemente la competitividad".
Además, ha aconsejado que este tipo de regulaciones tan complejas (objetivos de reciclado, tratamiento de residuos, etc.) debería realizarse a nivel de país y no de comunidad autónoma, lo que hace todavía más compleja la adaptación de los actores económicos a la legislación.
"¿Qué sentido tiene pedir una cuota de productos a granel si los clientes deben usar un envase de plástico cada vez?", se ha preguntado Campo.
Inflación, un reto para el gran consumo
España ha pasado por el mismo proceso inflacionario que el resto de países de la Eurozona. En un principio, a un ritmo similar. En la actualidad, más ralentizado.
Sin embargo, la coyuntura continúa, agravada ahora por cosechas mucho peores en España que en el resto de países de nuestro entorno.
En cualquier caso, Javier Campo ha querido subrayar que el sector del gran consumo ha sido víctima, no victimario, durante la coyuntura inflacionaria.
"El margen medio de beneficios del top 10 de la gran distribución se ha situado en el 2,8% en 2022, muy por debajo de las tasas de inflación. Además, los márgenes del comercio minorista alimentario han disminuido de manera sostenida", ha señalado.
No obstante, es importante que las empresas "recuperen sus márgenes", dado que es la única manera de incrementar la inversión en empleo y productividad.
Un consumidor agotado por la inflación
El ahorro acumulado durante el periodo del Covid-19 ha desaparecido y no ha dejado de descender en 2021 y 2022. En la actualidad, las tasas de ahorro se sitúan en el 98% respecto al año 2019, lo que se traduce en una fuerte presión en los volúmenes de compra.
De hecho, la principal preocupación de las empresas de gran consumo en la actualidad es la disminución de la venta en volumen: así lo refleja el 70% de las empresas encuestadas por Aecoc, señala su presidente.
El segundo motivo de preocupación para las empresas es la situación inflacionaria. El cliente no sólo compra menos, sino que ha cambiado sus hábitos: consume menos carne y pescado en beneficio de pollo y huevo, fuentes de proteína más baratas. Asimismo, está pasando de marcas de fabricante en beneficio de las marcas de distribución; de productos de mayor valor añadido a productos de menor precio por kilo.
En resumen, se ha producido una pérdida de valor para el sector del gran consumo en su conjunto.
¿Adónde va el consumo?
Una de las mejores noticias en la coyuntura actual es el índice de confianza del consumidor, que arroja buenos resultados. Sobre todo, a causa de los buenos datos de empleo, que permiten al ciudadano confiar en sus ingresos futuros.
Sin embargo, la población española envejece y sólo la inmigración ha logrado paliar las bajas tasas de natalidad.
Nuestro país ha incorporado 553.000 personas extranjeras en el último año, lo que representa el 1,2% de la población —una tasa que no se registraba desde el boom migratorio de la primera década del siglo XXI—.
"Eso sin duda ayuda a paliar los problemas del mercado laboral y del consumo, que va a crecer en la línea del incremento de la población en el último año, entre el 1,2 y el 1,3%".
Esto significa, en otras palabras, que los niveles de consumo interno alcanzados antes del Covid no se recuperarán hasta el primer semestre de 2025.
Conclusiones
España ha salido del Covid con un incremento de la deuda y también de la presión fiscal.
El empleo se ha comportado bien, con más de un millón de empleos sobre las cifras pre-covid.
Las horas trabajadas en cambio son las mismas del año 2019, lo que supone un mal comportamiento de la productividad.
si queremos incrementar el PIB per capita, tenemos que mejorar nuestra tasa de actividad, productividad yformación bruta de capital.
el sector del gran consumo todavía no se ha recuperado respecto a lo anterior al covid, y en los últimos cuatro años ha vivido dos de las peores crisis de las últimas décadas: la del Covid y la de la inflación, en un contexto especialmente desfavorable como es el de la sequía en España.
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