Acuerdo comercial UE-Mercosur: seis claves para un mercado de 700 millones de personas
El mayor tratado comercial jamás ratificado tanto por la UE como por el Mercosur.
Las negociaciones del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, que arrancaron hace casi 25 años, concluyeron el pasado viernes, día de la Constitución en España, tras un apretón de manos entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los líderes del bloque suramericano durante la cumbre de Jefes de Estado celebrada en Montevideo.
El acuerdo, que reducirá los aranceles para un mercado de más de 700 millones de personas a ambos lados del océano Atlántico, todavía tiene que ser aprobado por el Parlamento y el Consejo de la UE, y por los congresos de los países del grupo sudamericano, del que forman parte Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y, de forma inminente, Bolivia.
1. Largas negociaciones
Las discusiones iniciaron en el 2000, pero encallaron al poco tiempo y no fue sino hasta 2019 que las partes lograron llegar a un preacuerdo amplio, que abarcaba desde aranceles y normas sanitarias hasta reglas de propiedad intelectual.
Tras la firma del acuerdo preliminar, las negociaciones volvieron a estancarse ante la preocupación de los socios europeos por los estándares medioambientales del bloque y por la incidencia de la actividad agropecuaria en la deforestación, sobre todo en Brasil, país entonces gobernado por el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
2. Un anexo medioambiental para satisfacer a la UE
El nuevo acuerdo presentado incluye un anexo al capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sustentable, tras el empuje de los negociadores europeos por incluir mayores garantías de protección al medio ambiente.
El añadido plantea que los países firmantes cooperen para la implementación de tratados internacionales de combate al cambio climático, como el Acuerdo de París, e implementen acciones para promover los productos sustentables.
3. Cesiones al Mercosur
Los países del Mercosur, a su vez, consiguieron suavizar algunas partes del antiguo acuerdo que consideraban dañinas relativas a compras gubernamentales y de apertura del sector automotriz.
Los ajustes excluyen de la liberalización las compras realizadas por el sector público de salud y preservan la posibilidad de los Gobiernos de comprar productos tecnológicos de la región como forma de incentivar este sector.
Además, la eliminación de aranceles para los vehículos eléctricos se dará a lo largo de un periodo de dieciocho años, frente a los quince previstos en el acuerdo preliminar, y se incluye un mecanismo que permite suspender por tres años y de forma extraordinaria la reducción de aranceles.
4. División europea
Las discusiones han enfrentado la firme oposición de las autoridades francesas, presionadas por las protestas de agricultores que denuncian la supuesta "competencia desleal" que supondría la entrada de productos del Mercosur.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha mantenido el pulso hasta el final y, mientras Von der Leyen viajaba hacia Montevideo, el Elíseo señaló que el mandatario se había comunicado con la líder europea para expresarle su rechazo al acuerdo, al considerarlo "inaceptable en su estado actual".
Del otro lado, España y Alemania tradicionalmente han apoyado la firma del documento, poniendo énfasis en el crecimiento económico que puede conllevar.
"España trabajará para que este acuerdo sea aprobado por mayoría en el Consejo (de la UE)", escribió este viernes el presidente del Gobierno Pedro Sánchez.
5. Impulso de Brasil
Dentro del bloque suramericano, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido el principal impulsor del acuerdo, al que otorga una importancia de primer orden para fomentar las exportaciones agropecuarias del país.
Frente al rechazo francés, Lula ha defendido la calidad de la carne brasileña y la semana pasada dijo que Macron "no pinta nada", porque es Von der Leyen la encargada de negociar el acuerdo.
Al mismo tiempo, el mandatario ha apuntado a la reducción de las tasas de deforestación en la Amazonía durante su mandato para tratar de calmar las inquietudes europeas.
6. Impacto del acuerdo
De entrar en vigor, este acuerdo será el mayor tratado comercial jamás ratificado tanto por la UE como por el Mercosur.
La UE fue en 2023 el segundo mayor socio comercial del Mercosur, por detrás de China y por delante de EE.UU., al suponer el 17% de las importaciones del bloque suramericano con un valor de 55.700 millones de euros, en su mayoría de maquinaria y productos químicos y farmacéuticos.
En tanto, el año pasado Mercosur fue el décimo mayor socio comercial de la UE, con exportaciones valoradas en 53.700 millones de euros, principalmente minerales y productos agroalimentarios, según datos de la Comisión.
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