La tensión en el comercio de alimentos por la guerra seguirá en 2023
Una de cada cuatro toneladas de trigo exportado a nivel global proviene de Rusia y Ucrania. Los flujos que atraviesan el estrecho del Bósforo aún son un 50 % inferiores a los previos a la guerra.
Las tensiones en el suministros de alimentos que surgieron con el inicio de la guerra en Ucrania el año pasado persistirán a lo largo de 2023.
El acuerdo sobre el tránsito de cereales en el mar Negro, renovado en marzo pasado, ha contribuido a aliviar la presión sobre el suministro de cereales, si bien sus efectos son limitados y continúan los problemas de inseguridad alimentaria en muchos países.
Según un estudio de Coface, la prórroga de ese acuerdo solo soluciona parte de los problemas del sector agroalimentario derivados de la guerra de Ucrania. El 25% de las exportaciones mundiales de trigo provienen de Rusia y Ucrania, y sin embargo los flujos que atraviesan el estrecho del Bósforo son un 50% inferiores a los previos a la guerra. Esta merma en las existencias de cereales tiene un impacto considerable en algunos países dependientes de esas importaciones, sobre todo en África Occidental, Asia Central y el Sudeste Asiático.
La devastación de la guerra sobre el cereal
Según la Asociación Ucraniana de Cereales, las superficies de cultivo se han reducido un 25% en 2022 respecto a 2021, y las previsiones para 2023 son aún más pesimistas.
La contaminación de la tierra debido a los bombardeos amenaza las cosechas futuras y muchas plantas químicas o instalaciones de almacenamiento, esenciales para la producción agrícola, han sido destruidas.
La compañía de seguros ha considerado que el riesgo de interrupciones de suministro para ciertos países sigue latente y que las continuas dificultades de abastecimiento y los elevados precios de mercado también pueden reforzar actitudes proteccionistas sobre los alimentos.
Además, ha advertido de la concentración de existencias en unos pocos países, que irá en detrimento de la fluidez del comercio internacional de cereales, especialmente en un mercado bajo presión. Es el caso de China, que no ha dejado de incrementar sus reservas de trigo y posee actualmente más del 50% de las existencias mundiales de este cereal.
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