El ejemplo de Francia para recuperar "la soberanía alimentaria"
Francia importa más del 60% de la fruta que consume y más del 40% de las hortalizas
El Gobierno francés ha lanzado, junto al sector agrícola, un plan para atajar el aumento de la dependencia de las importaciones alimentarias y recuperar la "soberanía" perdida en este terreno con un paquete de ayudas, pero también con la voluntad de no imponer más regulaciones que en otros países europeos.
El ministro de Agricultura, Marc Fesneau, explicó este viernes que esa dependencia de las compras en el extranjero, que ha aumentado particularmente con las frutas y verduras, pero también con la carne de pollo, es resultado de un problema de "competitividad" que en parte se explica porque hay más normas que en otros países.
"No hagamos más normas", subrayó el ministro en una entrevista a la emisora Sud Radio, en la que explicó que con mucha frecuencia Francia establece una serie de reglas restrictivas internas, por ejemplo sobre el uso de pesticidas, y luego pretende que sean adoptadas por la Unión Europea.
"Tratemos de no ser arrogantes y de no imponer una norma que nuestros vecinos no quieren", señaló. El plan para las frutas y verduras contará con un paquete de 200 millones de euros de dinero público cada año durante diez, a los que se añadirán otros 200 millones aportados por el sector.
Francia importa ahora más el 60% de la fruta que consume y en torno al 40% de las hortalizas, cuando en el año 2000 esos porcentajes eran de alrededor del 45% y del 30%.
Según el responsable de la organización sectorial de frutas y hortalizas Interfel, Laurent Grandin, "si no se hace nada, en diez años no cubriremos más que un 35% de nuestras necesidades".
Para corregir esa tendencia, el Ejecutivo quiere estimular la producción, por ejemplo desarrollando los cultivos en invernaderos.
En palabras de su ministro de Agricultura, "no hay razón de que tengamos diez veces menos que los españoles". A ese cometido se dedicarán 50 millones de euros del paquete total.
Otros 50 millones irán a la renovación y replantación de frutales, con especial incidencia en las variedades resistentes a condiciones climáticas adversas y que consuman menos agua. También se prevén 50 millones para compras de equipamientos agrícolas que permitan disminuir el recurso a los pesticidas.
Más allá del caso de las frutas y hortalizas, Fesneau se refirió a las importaciones de carne de pollo, que representan alrededor de lo que se consume en Francia.
Explicó que la producción francesa funciona bien en el nicho de la alta calidad pero "en los productos de entrada de gama, tenemos un problema de competitividad". "Necesitamos -añadió- tener productos de gama alta, de gama media y de entrada de gama".
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