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El sector cárnico ve "toda una oportunidad" en las alternativas vegetales

Josep Solà, presidente de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas, incide en la adaptación del sector a los nuevos hábitos de consumo como uno de los grandes desafíos.

Food Retail & Service

20 de septiembre 2022 - 12:21

Trabajadores de una industria cárnica
Trabajadores de una industria cárnica / Archivo

Josep Solà, presidente de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (Fecic), sitúa como grandes retos de esta industria su adaptación a los nuevos hábitos de consumo, la transición hacia un modelo de producción más sostenible y el control de una amenaza que parecía olvidada, la Peste Porcina Africana, según declara en una entrevista que publica elEconomista.

Solà subraya la necesidad que tiene este sector de potenciar la sostenibilidad, la innovación y la competitividad ante el "nuevo escenario cárnico" en el que el consumo de carne "cada vez es más consciente", señala.

A este respecto, el presidente de Fecic apunta que el consumo se está combinando con un nuevo abanico de propuestas de productos muy innovador protagonizado por la proteína no cárnica. "Desde Fecic acompañamos a las empresas en completar su modelo productivo para dar respuestas a los nuevos hábitos. Muchos asociados cuentan con ya una línea alternativa para quienes no quieren comer carne o buscan reducir su consumo sin renunciar a su sabor. Sin duda más que un reto, es toda una oportunidad para expandir el negocio", afirma recordando que la Federación incluye sesoramiento en cuanto a la distribución nacional, europea e internacional.

En cuanto al consumo de carne, Solà opina que no ha bajado mucho. "Lo que han cambiado son los hábitos de consumo. En la industria hemos tenido que trabajar mucho para renovarnos y poder ofrecer soluciones que hace años eran impensables. Nos adaptamos a los gustos de un consumidor que, si antes pedía salchichones gruesos, ahora exige formatos más pequeños a un euro. El español ha pasado de tener una pieza en la nevera que cortaba cada vez que iba a consumir a tener varios sobres o paquetes de menos tamaño que se abren a conveniencia", explica.

La industria de la carne "está dispuesta a desarrollarse en la dirección que el consumo prefiera", asegura Josep Solà, presidente de Fecic

Además, sostiene que la industria de la carne "está dispuesta a desarrollarse en la dirección que el consumo prefiera". "Aunque siempre abogamos por una dieta equilibrada en la que la carne debe de tener su rol para tener una aportación de nutrientes compensado y sano", precisa.

MAYOR CALIDAD

Josep Solà incide también en la evolución positiva que ha experimentado el sector de la carne en las últimas décadas, en las que ha imperado un modelo productivo "en favor de la seguridad alimentaria y el bienestar animal". "Sin duda ahora tenemos más parámetros y controles que juegan a favor de la calidad, por no hablar que, en materia porcina, somos los segundos exportadores para China, es decir nuestra calidad es reconocida también fuera de España", indica.

Preguntado por la polémica que han suscitado las macrogranjas en España, el presidente de Fecic puntualiza que este término "no existe en el Diccionario de la RAE". "El modelo productivo español cárnico se divide entre intensivo y extensivo. El intensivo, debido a su alta capacidad de innovación y a la presión de protocolos y controles de calidad y seguridad alimentaria, seguramente acaba siendo el más sostenible. El término 'macrogranja', más propio de redes sociales, hace referencia a un modelo aparecido en China donde se han construido edificios de varios pisos para criar cerdos. Pero incluso allí, son apenas una decena", señala.

Finalmente, Solà se muestra optimista de cara a este 2022, en el que prevé un panorama de recuperación económica "con el permiso de la incertidumbre de los mercados". En este sentido, recuerda que la nueva realidad geopolítica afecta al sector alimentario. "Los elevados costes de producción y logísticos (transporte) derivados del aumento del gasto energético, la inflación en aumento y la escasez de materias primas (los cereales), son elementos estructurales que afectan al desarrollo sostenible de la actividad. Así como el Covid aceleró la digitalización, este contexto está acelerando todos los planes estratégicos para hacer sostenible (viable) la estrategia 'del campo a la mesa', que es el centro del Green Deal, el pacto que aboga por un sistema alimentario justo y respetuoso con el medioambiente", afirma.

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