Inflación: Hungría limita los precios de los alimentos
El Gobierno húngaro ha decretado precios máximos para siete productos básicos de la cesta de la compra familiar, una medida que entrará en vigor el próximo 1 de febrero.
Estas últimas semanas os hemos venido contando cómo ha influido la inflación en el más que notable repunte del precio de los alimentos y productos básicos en España, una tendencia que se vive también en otros países. La actualidad a este respecto nos llega ahora de Hungría, donde el Gobierno ha decretado precios máximos para siete productos básicos de la cesta de la compra familiar (azúcar blanco, harina de trigo, aceite de girasol, jamón de cerdo, pechuga de pollo, carcasa de pollo y leche ultra pasteurizada de 2,8% de grasa).
La medida entrará en vigor el próximo 1 de febrero y durará tres meses. Estos ítems deberán reetiquetarse a precios del 15 de octubre pasado, según recoge La Vanguardia.
Los establecimientos que no cumplan con esta medida, poniendo precios más altos o eliminando los productos de los estantes, deberán pagar multas de entre 50.000 y 3 millones de forintos (entre 140 y 8.400 euros aproximadamente) y los infractores reincidentes podrían incluso tener que hacer frente al cierre forzoso de sus tiendas de hasta seis meses.
Esta medida tiene como finalidad "prevenir los efectos dañinos de las anomalías del mercado", segun ha declarado el primer ministro Viktor Orbán en referencia al incremento de la inflación.
Sin duda, este paso del Ejecutivo húngaro viene determinado también por la próxima cita con las urnas en el país. El país centroeuropeo, que no está en la zona euro, celebrará el próximo 3 de abril elecciones legislativas, en las que Orbán busca su cuarto mandato consecutivo.
Por su parte, la oposición ha condenado esta decisión gubernamental y ha abogado por una rebaja del IVA al 5% para los alimentos básicos.
"SOLIDARIDAD SOCIAL"
El ministro de Agricultura, István Nagy, ha respondido que los minoristas pueden darse el lujo de mostrar "solidaridad social" y que los productores y procesadores de alimentos están protegidos de las consecuencias negativas de todos modos, ya que los minoristas no están legalmente autorizados a cancelar sus contratos, informa Hungría Today.
Según indica en su LinkedIn el experto en retail Javier Pérez de Leza, la consecuencia de ese tipo de medidas ya las conocemos: cae la producción de los productos controlados, ya que no genera márgenes suficientes para nadie, en toda la cadena de producción.
En este sentido, recuerda una publicación de los economistas Robert Schuettinger y Eamonn Butler (Forty Centuries of Wage and Price Controls ('4000 años de controles de precios y salarios') del año 1979, en la que los autores registraron ejemplos del fracaso de ese tipo de medidas en miles de años de historia, incluso antes de Cristo. "¿Se le ocurrirá alguna locura similar a algún ministro en España?", se pregunta.
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