La mejor tarta de queso, de cabra y queso fresco azul
Poncelet, Tatel y el Hotel Wellington se coronan en la elaboración de este postre, un imprescindible de las cartas en la restauración.
La mejor tarta de queso de Madrid se come en Tatel y está elaborada con quesos fresco y azul de cabra, según ha determinado el jurado de la primera edición del concurso que busca elegir la versión más deliciosa de este postre que se ha impuesto en las cartas de los restaurantes.
Aunque se presentaron 20 aspirantes, sólo trece han participado en el certamen organizado por la Asociación de Cocineros y Reposteros (Acyre) de Madrid, al cumplir la normativa, que incluía la obligatoriedad de usar al menos dos ingredientes con el distintivo M Producto Certificado de la Comunidad de Madrid.
El ganador del I Concurso de la Mejor Tarta de Queso de Madrid ha sido Carlos Sierra, del restaurante especializado en quesos Poncelet, quien ha empleado dos de cabra, fresco y azul, así como una base de galleta y mantequilla de cabra. Ha presentado su propuesta con un helado de caramelo de violeta.
"Es el postre estrella de Poncelet", ha delcarado a Efe el repostero, para quien las claves para triunfar con este postre son "elegir bien los quesos y determinar muy bien tanto la temperatura de horneado como de servicio, porque no puede estar ni muy fría ni muy caliente. Sobre el auge de la tarta de queso, asegura que "es una moda que ha venido para quedarse".
Pedro Moreno, jefe de repostería del restaurante Tatel, ha sido el segundo clasificado con una elaboración a base de tres quesos (tierno de cabra, bombón blanco de cabra y crema) que ha acompañado con miel de panal, mermelada de tomate y tomillo y pesto dulce de avellanas. "Lo más importante es el cuidado a la hora de hornearla, en nuestro caso 180 grados durante 30 minutos, y el tiempo de reposado, de cinco horas, para conseguir que sea cremosa".
Con queso de cabra de pasta blanda y queso crema ha elaborado Lidia del Val, repostera del Hotel Wellington, la tarta que le ha dado el tercer puesto. Lleva además una capa fina de membrillo y un sablé de avellana con tomillo limonero, y la acompaña de uvas osmotizadas en vino moscatel madrileño.
Del Val comenta que las tartas de queso se han extendido por las cartas de restaurantes porque "gusta a todo el mundo, igual que la de chocolate; siempre triunfan".
El concurso, que se ha celebrado en el Centro de Innovación Gastronómica de la Comunidad de Madrid, ha contado con un jurado presidido por el cocinero Nino Redruello, autor precisamente de una de las tartas de queso más apreciadas en Madrid, que sirve en el restaurante Fismuler.
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