La guerra de precios sólo impulsa las ventas a corto plazo
El ejemplo francés muestra que está afectando al surtido y a la calidad, reduciendo las opciones para el comprador, según un estudio de IRI.
La reducción del precio no siempre conlleva un incremento del volumen de ventas ni mejora el rendimiento deseado por fabricantes y distribuidores. Así lo pone de relieve el último análisis de IRI sobre la guerra de precios en el sector de gran consumo en Francia, un ejemplo que ofrece algunas claves a los fabricantes y distribuidores en otros países europeos, como Reino Unido, España o Italia.
Este estudio revela que el mayor impacto lo tiene un amplio surtido, seguido de las promociones y, finalmente, el precio. La guerra de precios en el país galo ha impulsado solo ciertos sectores y marcas, especialmente los de limpieza, higiene y belleza.
En cualquier caso, la bajada de precios ha alentado a los consumidores a adquirir marcas de fabricante. La deflación de precios sólo ha afectado a estas marcas en Francia, incrementando su competitividad frente a las marcas de distribuidor. Así, el comprador puede optar por marcas y productos de mayor rango, y el ahorro que le supone es reinvertido en sus compras diarias. En tanto los precios se redujeron el 1,3% en 2014, la cesta de la compra incrementó su precio el 0,3%.
Lo que a simple vista podría parecer una ventaja a corto plazo para el consumidor podría volverse en contra suya a largo plazo. La guerra de precios está afectando al surtido, reduciendo las opciones para el comprador y los niveles de innovación, y derivando en productos de menor calidad, en tanto los fabricantes deben esforzarse para mantener sus márgenes.
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