Los supermercados piden diálogo ante los ataques de Pedro Sánchez
Las principales cadenas de distribución toman las riendas de la crisis del campo reuniéndose con el ministro Luis Planas y desmintiendo las fake news que les acusan de explotación a costa de los agricultores y ganaderos. Unas acusaciones que ha alimentado el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha echado gasolina al fuego en la crisis de los agricultores cargando, de un plumazo, contra el sector de la distribución. "Es evidente que las grandes distribuidoras tienen que hacer un examen, una autocrítica y tenemos que introducir muchísima más transparencia para defender al pequeño y mediano agricultor y ganadero", fueron las palabras de Sánchez a la prensa en Bruselas.
Así, Sánchez apuesta por cargar las 'culpas' hacia uno de los eslabones de la cadena, al igual que han hecho sus socios de Gobierno de Unidas Podemos, extendiendo en los últimos meses el mensaje de la diferencia de precios en origen-consumidor y ese tan manido del "enriquecimiento empresarial".
Se trata, en definitiva, de cargar contra una parte del mercado como si de una batalla a dos bandas se tratase -nada más lejos de la realidad-, quién sabe si con el fin de calmar a unos agricultores que anuncian nuevas movilizaciones. Sin embargo, los agentes de la cadena consultados por FoodRetail & Shoppers dejan claro que esto no tiene que ver con una 'guerra de guerrillas' y que, si el campo está perjudicado, es por asuntos tan dispares como la legislación, los impuestos o los aranceles. Se trata, dicen de "remar juntos" para solucionar el problema y no de maltratar a una de las partes de la cadena. También los economistas consultados coinciden en un diagnóstico: si no se hacen las cosas bien, lo único que veremos será un encarecimiento de los productos alimentarios.
UN DEBATE COMPLEJO, SIN ACUSACIONES 'DE PARTE'
Según los datos ofrecidos por la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Coag), el precio de los alimentos se multiplicó por 4,15 veces del campo a la mesa en enero. El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sindicato agrario indica que los alimentos de origen agrícola se multiplicaron por 4,43 y los ganaderos, por 3,10, y pone como ejemplo que la patata y la cebolla se paga un 600% más en el supermercado que lo que cobra el agricultor. Y estos son los datos a los que se aferra el Gobierno y sus socios para arremeter contra los supermercados, olvidando que estos productos no pasan ni mucho menos de forma directa del agricultor al súper, sino que hay por medio toda una cadena de cooperativas y un complejo sistema de transporte, logística y distribución.
Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces), ha alertado en este sentido de la "desinformación" existente en torno a los precios de los productos agroalimentarios. Del Pino, cuya asociación engloba a supermercados como Carrefour, Lidl, Eroski y Alcampo, recuerda que "cada operador que interviene en la cadena aporta un valor al producto". En este sentido, señala que las empresas de distribución comercial "no compran directamente al agricultor individual, sino fundamentalmente a cooperativas o sociedades agrarias de transformación (SAT), o a industrias que ofrecen el producto ya transformado, tal como se presenta en las tiendas a las que se paga, como es lógico, precios sensiblemente superiores a los fijados en las alhóndigas u otros esquemas de comercialización en origen". Por eso, "ante estas circunstancias que nos afectan a todos, las cadenas de distribución no formamos parte del problema", lamenta del Pino.
Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que cuenta entre sus asociados con Mercadona, Dia, Coviran, Alimerka o Ahorramas, recuerdan estar "abiertos al diálogo" para encontrar soluciones al problema de los precios que denuncian los agricultores y ganaderos, pero advierte de que éstas no deben pasar por "encarecer" los precios de la alimentación. Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, ha advertido de que las medidas "no deben pasar por encarecer los precios de la alimentación que, en España, están cinco puntos por debajo de la media europea. El consumidor no debe pagar los problemas de la cadena alimentaria", ha añadido.
De hecho, recuerdan los distribuidores, el súper español no es ni siquiera el principal receptor de la producción agrícola española. Según datos del propio Ministerio de Agricultura, el 80% de las frutas y hortalizas nacionales fueron exportadas en 2019. Un valor que alcanzó los 14.045 millones de euros frente a los 3.751 millones de euros que registraron las ventas en el mercado interior. Y de esta cantidad, apenas el 7% fueron realizadas por los supermercados, por lo que señalar al sector es, cuanto menos, atrevido.
La Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged) ha mostrado también su disposición a colaborar en la búsqueda de soluciones de la cadena agroalimentaria y ayudar al campo español a mejorar su dimensión empresarial y orientar su producción al consumidor actual.
Importantes dirigentes del sector añaden una petición al Gobierno:que se trate el debate con la "complejidad" que tiene y sin "criminalizar" al sector de la distribución, "un agente más de la cadena" al que no ha sentado nada bien el dedo acusador de Pedro Sánchez.
En este sentido, la distribución comercial se ha comprometido a colaborar de lleno con el Ministerio de Agricultura y el resto de eslabones que componen la cadena de valor en la búsqueda de soluciones que ayuden a mejorar la situación del sector agroalimentario y la producción española. De hecho, las grandes cadenas -que recuerdan que el margen neto de las empresas del sector oscila entre el 2% y el 2,5%- ya han comenzado a reunirse con el ministro del ramo, Luis Planas, para tratar de encontrar estas soluciones. De momento, este jueves, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha defendido que la solución a la crisis que vive el campo no pasa por un aumento generalizado de precios al consumidor, sino por un "reequilibrio" entre agricultores, fabricantes, supermercados y consumidores. Planas ha exigido a la distribución que evite la 'venta a pérdidas' a la vez que no descarta la posibilidad de adoptar medidas fiscales para beneficiar al sector, algo que, asegura, "aún no se ha planteado". Habrá que estar muy pendiente de los impuestos, una de las salidas más rápidas por las que suelen optar los gobiernos ante cualquier crisis...
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