Cambio de hora: atención a la alimentación durante el confinamiento
Esta alteración agravará las consecuencias del confinamiento, según un análisis del comparador Acierto. Por ello, conviene extremar las medidas para mantener hábitos saludables y una correcta alimentación.
La madrugada del próximo sábado al domingo asistiremos, como cada año, al cambio horario, adelantando 60 minutos las manecillas de los relojes. En esta ocasión, la cita va a producirse en un momento muy excepcional, en el que los españoles llevaremos 15 días de confinamiento tras la declaración del estado de alarma. Por eso, más que nunca, es importante mantener unos hábitos saludables y poner especial atención a nuestra alimentación, señala un análisis del comparador Acierto.
Desde luego, la parte positiva es que estaremos una hora menos confinados en casa, y que ganaremos una hora de luz, con el consiguiente ahorro energético que eso supondrá. La clave para atenuar las consecuencias, sin embargo, radica en mantener la calma, aceptar el cambio con naturalidad e intentar mantener los hábitos y las rutinas que hayamos puesto en marcha durante estos días.
Esto pasa, como decíamos, por alimentarnos correctamente, evitar el consumo de sustancias excitantes, respetar nuestros horarios, hacernos un planning y practicar algo de ejercicio en casa para mantener la forma y los kilos a raya, entre otras medidas.
El comparador recuerda que el cambo horario suele alterar nuestro ritmo interno y fomenta la aparición de problemas para conciliar el sueño durante esa noche y las siguientes. Esto, a su vez, dispara el estrés, la secreción de cortisol y también la sensación de apetito. Unos inconvenientes que podrían verse agravados en esta situación y que se suman a los sentimientos de ansiedad que algunas personas empiezan a experimentar. "Y es que esta semana será, según los expertos, la más complicada", advierte.
UNA BUENA DESPENSA
Para lograr el objetivo de alimentarnos de la mejor manera posible, los expertos recomiendan hacer una buena despensa que dure lo máximo posible. Esto es, comprar en mayor cantidad alimentos no perecederos o con unos procesos que alargan su vida útil. Por ejemplo alimentos que ya vengan cocidos, como legumbres o verduras en lata o bote de vidrio, que tienen además una fecha de caducidad a largo plazo, o aquellos que se pueden comprar crudos, como legumbres secas o arroz. Por supuesto, no se incluye en este listado la pasta elaborada con harinas refinadas.
Las latas y conservas, como atún, sardinas o moluscos, son algunos de los productos estrella debido a que ocupan menos volumen, no requieren refrigeración y su fecha de caducidad es lejana en el tiempo. Eso sí, recomiendan que siempre sean con aceite de oliva virgen, evitando aceites refinados, o en su defecto al natural.
Dado que en esta situación de excepcionalidad la actividad física va a disminuir, hay que limitar e incluso suprimir los productos procesados de mala calidad, como es la bollería. Otros alimentos más saciantes como frutos secos, encurtidos o el grano de maíz para hacer palomitas caseras, podrían ser buenas opciones para almacenar, señalan los nutricionistas.
Estos especialistas dan vía libre a los congelados, siempre y cuando no sean precocinados o ricos en sal o grasas de mala calidad. Pescado, carne, verduras o fruta congeladas son un buen sustitutivo del alimento fresco ya que conserva todas sus propiedades nutricionales.
Por lo que respecta a los lácteos se pueden comprar varios litros en brick si ha tenido procesos térmicos como el UHT. Sin embargo, no es conveniente hacer acopio de grandes cantidades de lácteos fermentados, como yogures, ya que requieren refrigeración. Otros alimentos, como los huevos, pueden almacenarse varios días fuera o dentro de la nevera.
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