El deterioro en la dieta de los españoles va más allá de la reciente coyuntura inflacionaria.
El consumo de pescado ha caído el 33% desde 2008, según datos de Kantar; y ahora sabemos, gracias al último informe de consumo alimentario presentado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), que el consumo de fruta ha caído el 24,8% desde 2013, desde los 102,5 kilogramos per cápita hasta sólo 78,6.
Esta caída es generalizada y abarca buena parte de las categorías: cítricos, frutas de pepita, de hueso y frutos rojos, con dos excepciones notables; las frutas exóticas y los melones y sandías.
Las frutas exóticas se posicionan en el sector como la excepción más acusada, pues no sólo no ha descendido su consumo sino que han registrado un incremento de más de 1 kilogramo, pasando de los 17,42 kilogramos/per cápita en 2022 a los 18,74 en 2023.
Respecto al melón y la sandía, el incremento de su consumo ha sido menos pronunciado, de apenas unos gramos, desde los 13,20 en 2022 hasta los 13,44 del pasado año.
Con estos datos, el informe advierte de un cambio en las tendencias de consumo y en las preferencias de los consumidores. En realidad, es la dieta mediterránea lo que está en juego.
Ejemplo de ello es que los cítricos, que se han mantenido a lo largo de los años como una de las frutas más consumidas, pierden espacio en la dieta de los españoles en favor de las frutas exóticas.
El descenso en el consumo de fruta durante el último año coincide, claro, con un incremento en su precio medio.
En total, el coste medio se sitúa en los 2,04 euros/kilogramo a cierre de 2023, lo que representa un ascenso del 5,3% respecto al año anterior en todas las cadenas de distribución.
En el canal tradicional, el precio medio se ha incrementado algo más; el 7,1%, hasta los 2,07 euros, lo que explica su pérdida de cuota frente a la gran distribución.
En este contexto, el gasto per cápita también se ha incrementado: el 2,5% respecto a 2022 y el 14,4% respecto a hace cinco años.
En total, los hogares destinan el 9,27% del presupuesto medio destinado al consumo de productos de alimentación y bebidas a la compra de fruta fresca, lo que supone un gasto per cápita de 160,50 euros por persona, el 2,5% más que en 2022.
Un mercado 'en crisis'
Este progresivo descenso en el consumo de fruta en España tiene efectos, en concreto, en el sector hortofrutícola nacional y, en general, en la salud de los ciudadanos.
Para el director de la Federación Española de Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), José María Pozancos, la continua caída del consumo "agrava los desequilibrios entre oferta y demanda y las crisis de mercado".
Además, aparte de los efectos comerciales, Pozancos ha subrayado el efecto que esta caída del consumo puede tener sobre la salud de los ciudadanos.
Por ese motivo, el director de Fepex considera que se deberían reforzar las campañas de información al consumidor, puesto que esto redundaría en una recuperación del consumo y un descenso del gasto sanitario.
En este sentido, la organización Cinco al día, destinada a promocionar el consumo de frutas hortalizas, sostiene que la ingesta de estos alimentos en la infancia se asocia con hábitos de consumo más saludables de la edad adulta.
