Dinamarca crea el primer impuesto que grava las emisiones de CO2 de la ganadería
La coalición que gobierna el país nórdico ha alcanzado un acuerdo para cobrar a los ganaderos cerca de 100 euros por cabeza de ganado al año. "El sector primario debe contribuir a un futuro verde", ha defendido el ministro de Medio Ambiente de Dinamarca. Varias organizaciones agrarias han criticado el acuerdo.
Dinamarca ha llegado a un acuerdo para crear el primer impuesto que grava las emisiones de CO2 del sector primario. Una vez entre en vigor, los ganaderos deberán pagar cerca de 100 euros al año por cada una de sus vacas en concepto de emisiones de efecto invernadero.
Después de varios meses de negociaciones entre partidos, asociaciones ganaderas y medioambientales, la coalición de gobierno de Dinamarca ha acordado crear un impuesto efectivo de 120 coronas danesas (equivalente a 16 euros) por tonelada de dióxido de carbono emitida por vacas, cerdos y otras especies ganaderas.
El acuerdo danés, que sienta las bases para la introducción del nuevo impuesto en 2030, llega apenas meses después de las airadas protestas de los agricultores de toda Europa contra la presión burocrática y medioambiental de la Unión.
Mette Frederiksen, primera ministro de Dinamarca y líder del centro-izquierda en el país nórdico, ha expresado que espera que el nuevo impuesto "allane el camino hacia el futuro, tanto en nuestra región como a nivel global".
"Me parece una locura"
Organizaciones agrícolas como Bæredygtigt Landbrug, que no ha formado parte de las negociaciones, han criticado inmediatamente el acuerdo, al tiempo que algunas organizaciones ecologistas consideran que el acuerdo prevé demasiadas deducciones fiscales que lo hacen, en la práctica, inoperante.
"Me parece una locura", ha criticado Peter Kiaer, secretario general de Bæredygtigt Landbrug. Kiaer cree que el impuesto desincentivará la inversión tecnológica en un país que ya es uno de los productores más ecológicos del mundo. "El gobierno no escucha a los agricultores y ganaderos", ha denunciado.
"Contra todo pronóstico, hemos podido sacar adelante un modelo fiscal en el que los ganaderos que apliquen soluciones sostenibles puedan evitar completamente el nuevo impuesto", ha celebrado Søren Søndergaard, presidente del Consejo Danés para la Agricultura y la Alimentación.
Lars Aagaard, el ministro de Medio Ambiente, ha explicado que el sector primario es el principal emisor de gases de efecto invernadero en el país. "Esto no puede continuar", ha defendido. "El sector primario debe contribuir y ser parte de un futuro verde".
Otros países podrían seguir el ejemplo danés
Nueva Zelanda ha desechado recientemente un intento de implementar un impuesto similar sobre la ganadería vacuna y ovina con la finalidad de reducir las emisiones de metano.
Por su parte, la Comisión Europea también estudia la manera de limitar las emisiones de CO2. Entre otras opciones, baraja que agricultores y ganaderos paguen por sus emisiones.
Muchos países en todo el mundo están teniendo problemas a la hora de reducir emisiones procedentes de la producción de alimentos, que supone cerca de una cuarta parte de las emisiones globales, según The Financial Times.
Rumiantes como las vacas y las ovejas producen metano a través de sus sistemas digestivos; y, por si fuera poco, los fertilizantes de nitrógeno sintético presentes en el pienso del que se alimentan también producen gases de efecto invernadero.
La ganadería es responsable de cerca del 11% de las emisiones globales, y dos terceras partes de esta cantidad procede de las vacas.
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