Hacer pan en casa: las mejores panificadoras domésticas, según la OCU
Los daños en la bandeja o en el molde comportan el 10% de las averías de estos utensilios cada vez utilizados en los hogares.
Con el confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus, los españoles hemos descubierto las ventajas de cocinar más en el hogar y en familia. Una de las tendencias que más se ha puesto de moda en este sentido es la de hacer pan casero, una experiencia que prueban desde los mayores a los más jóvenes de la casa.
Son muchas las recetas que han proliferado en Internet y, desde luego, hay recomendaciones de todo tipo. Nosotros, en primer lugar, os vamos a trasladar un análisis que ha realizado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) para determinar qué tal se comportan las panificadoras que pueden encontrarse en el mercado, un utensilio doméstico que facilita la elaboración de pan recién horneado.
A partir de los resultados de la encuesta anual de fiabilidad y satisfacción de panificadoras en la que han participado más de 4.300 usuarios europeos, la organización ha elaborado un ranking de las marcas más fiables al frente del cual figuran Imetec, Moulinex y Taurus, por este orden.
Otras marcas destacadas, aunque con una fiabilidad ligeramente inferior, son Philips, Silvercrest, Orbegozo, Ufesa y Severin. Por su parte, la valoración de la fiabilidad de las marcas Kenwood, Unold, Princess y Bomann se sitúa en un escalón inferior; es decir, los modelos de estas marcas es más probable que sufran alguna avería destacable.
Los resultados de esta investigación apuntan también los principales problemas detectados durante el uso de la panificadora. Los más comunes tienen que ver con los daños en la bandeja o en el molde (10% de las averías) y con el mal funcionamiento de la amasadora (8% de las averías). Problemas que deberán ser reparados gratuitamente por el fabricante durante los dos primeros años de uso o por el vendedor si se adquirió de segunda mano y solo durante el primer año, recuerda la OCU.
UNA BUENA RECETA
Otra de las cuestiones esenciales para preparar un delicioso pan casero en prestar atención al tipo de levadura. La levadura prensada, más conocida como levadura para panadería suele encontrarse en las tiendas envueltas en cuadraditos, congelados o en frigoríficos. Es recomendable congelarlos tras su compra, sobre todo si adquieres mucha cantidad o no los vas a usar de forma inmediata. No te preocupes, congelarla no hace que la levadura se estropee y te va a durar más tiempo. Obviamente, ésta es la levadura adecuada para hacer pan casero en tu hogar.
Ya puestos con las manos en la masa, lo primero que necesitas es paciencia: el pan requiere, sobre todo, reposo. Y luego, solo cuatro ingredientes: harina 'normal', la levadura de panadería, agua y sal. Esta es la receta de La Cocina de Rebeca.
Antes de hacer la masa de pan en sí, prepararemos un fermento previo, que dará más sabor y mejor textura a nuestra hogaza. A este tipo de mezcla se le llama poolish que consiste en mezclar y dejar reposar.
Templa el agua y disuelve la levadura en ella. Añade la harina y mezcla. Tapa y deja reposar unas 12 horas a temperatura ambiente. Tras ese tiempo, la masa habrá crecido y estará llena de burbujitas.
A continuación, mezcla el poolish con la harina y la sal. Puedes usar las manos, una cuchara o un robot amasador. Cuando no veas restos de harina, deja reposar durante 15 minutos en un cuenco tapado.
Unta tus manos con un poquito de aceite de oliva. Destapa el cuenco, estira el lateral derecho de la masa y dobla hacia el centro. Repite la operación desde la izquierda, desde arriba y desde abajo. Tapa de nuevo y deja reposar otros 15 minutos. Repite la operación de plegado y deja reposar la masa, tapada, durante 60-90 minutos, a temperatura ambiente, hasta que esté hinchada y blandita.
En ese momento, espolvorea la encimera con harina y vierte la masa sobre ella. Estira los bordes y llévalos hacia el centro, como si quisieras hacer un hatillo. Después, sella con los dedos la parte central. Coloca un trapo limpio en un cuenco, espolvorea bien de harina sobre el trapo (para que no se pegue) y coloca la bola de masa con el hatillo hacia arriba. Tapa con otro paño y deja otros 60-90 minutos a temperatura ambiente.
Precalienta el horno a 250ºC con calor arriba y abajo, sin aire. Mete dos bandejas: una a media altura y otra en la solera del horno (apoyada sobre la base).
Pasado el último reposo, coloca la masa con el hatillo hacia abajo en una bandeja cubierta con papel vegetal. Con un cuchillo grande de sierra, haz cuatro cortes a la masa. Abre el horno, traspasa el pan a la bandeja central ayudándote del papel y echa un vaso de agua en la bandeja de la base (cuidado, que generará mucho vapor muy caliente). Cierra el horno inmediatamente y hornea 15 minutos.
Pasado ese tiempo, saca del horno la bandeja inferior, baja la temperatura a 210ºC y cocina otros 35 minutos. Saca la hogaza, deja enfriar sobre una rejilla y disfruta de tu primer pan casero.
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