Las alertas sanitarias son un síntoma de control y transparencia
El hecho de que cada vez haya más alertas sanitarias no significa que la seguridad de los alimentos haya empeorado, sino que cada vez hay más control y más transparencia a la hora de informar a la población, ha defendido Xavi Pera, de Aecoc.
En lo que llevamos de verano se han sucedido dos alertas de importancia: el brote de botulismo en las tortilla de patatas de Grupo Palacios, distribuidas en 12 cadenas de supermercados, y la alerta en relación a un cargamento de sandías marroquíes que contenía exceso de pesticidas —además de una posible intoxicación masiva en Salamanca, que se está investigando.
Sin embargo, desde Aecoc son cautos: las alertas son señal de que los sistemas de control funcionan y son transparentes en nuestro país.
"Cada vez tenemos tecnologías que nos permiten afinar mejor y detectar el origen de un brote, y hay un cambio hacia un sistema mucho más proactivo y mucho más transparente de notificación", ha explicado Xavi Pera, responsable de Seguridad Alimentaria y Calidad de Aecoc, en declaraciones a la agencia EFE.
Ha señalado que las empresas están invirtiendo cada vez más recursos en prevención y realización de controles, aunque enfatiza que "no se puede garantizar el riesgo cero" y que, por eso, cuando se detecta un problema con algún producto "hay que actuar rápido, de forma transparente y poniendo la seguridad del consumidor por delante".
Más alertas significa más transparencia
"Es un tema más de comunicación que de número de alertas", ha afirmado Pera, quien ha abundado que, en realidad, el número de alertas se mantiene estable pero han aumentado las que se hacen públicas, y que por eso "puede dar la sensación de que la situación es peor ahora que hace un tiempo cuando en realidad no es así".
Las alertas que afectan a un gran número de personas, que tienen consecuencias graves o que están relacionadas con sustancias químicas suelen generar bastante alarmismo, ha reconocido el experto.
Por otro lado, las que tienen que ver con riesgos para personas alérgicas a determinados ingredientes no suelen causar alarmismo ni suponer un riesgo reputacional para la empresa, ha abundado Pera, ya que en la mayoría de los casos "estas alertas por alérgenos se detectan sin que haya habido ningún caso de reacción alérgica".
Sobre este aspecto, ha indicado, además, que no existe una base jurídica que detalle qué cantidad de un determinado ingrediente no declarado en la etiqueta puede llegar a ser un peligro para las personas alérgicas a ese elemento, pero que aún así, por precaución, se establece una alerta sobre esos lotes.
Respecto a las intoxicaciones en los restaurantes, ha señalado que uno de los mayores problemas es que en muchos casos no se puede trazar y conocer su origen, que puede estar en una materia prima o en una práctica hecha en el local.
Finalmente, ha indicado que no considera que la introducción de nuevos ingredientes en la industria alimentaria, desde proteínas alternativas a uso derivados o compuestos a partir de insectos, pueda impactar en la seguridad alimentaría.
"Antes de autorizar la venta o el consumo de este tipo de productos, esto ha pasado previamente por una evaluación de riesgo de la de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Es decir, aquí en Europa tenemos un marco legal, que es muy garantista, muchísimo", ha concluido Pera.
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