El gran consumo ante las elecciones: analizamos los programas de PP, PSOE, Podemos y VOX

En el juego de la política, la primera víctima es el rigor. Lo hemos visto en los últimos meses en el caso de las declaraciones de las ministras Calviño y Belarra a propósito del precio de la cesta de la compra, pero no son las únicas.

En la antesala de las elecciones municipales y autonómicas, el gran consumo ha entrado en el discurso político y desde Food Retail queremos analizar las propuestas de los principales partidos en relación a la distribución y la fabricación alimentaria.

Podemos y Sumar

Ione Belarra y Yolanda Díaz encabezan siglas diferentes pero comparten un ideario similar. Sin embargo, quien más se ha pronunciado contra la distribución alimentaria es la secretaria general de Podemos, que acusó abiertamente de "oligopolio" al sector de la distribución alimentaria y se refirió a Juan Roig como el "capo" del mismo.

En su programa se encuentra la propuesta explícita de crear supermercados públicos para reducir el precio de los alimentos y pagar más a los productores, una cuestión que ya tratamos en Food Retail recientemente (ver aquí, aquí y aquí). En un sector con márgenes de beneficio entre el 1 y el 3% es difícil pensar que una propuesta estatal alcance su propósito, a menos que nazca con el fin declarado de ser deficitaria.

VOX

No está demasiado claro cuál es la postura de Vox en relación al gran consumo. De hecho, el programa no contiene ninguna referencia, salvo una mención a perseguir las "mafias de comercio callejero". En principio, el partido de Abascal es partidario del libre mercado, pero podría intervenir en favor del sector primario frente a la distribución para obtener rédito político entre su nicho electoral.

Además, su enfoque nacional de la economía le ha llevado a propuestas que rozan con el proteccionismo, como abogar por un etiquetado obligatorio y estigmatizante en el caso de productos que estén fuera de la 'dieta mediterránea'.

Partido Popular

En principio, el PP también es partidario del libre juego del mercado. En su programa promete explícitamente "reducir los impuestos" y "defender el comercio competitivo y reglado". En materia fiscal propone disminuir el IVA de carnes y pescados, una gran reclamación del sector, y se ha pronunciado durante el último año en contra del impuesto a los plásticos.

Sin embargo, más allá de esto no cuenta con ninguna propuesta fiscal. Asimismo, tampoco hay propuestas en relación con la formación profesional de los oficios alimentarios (pescaderos, carniceros y panaderos, en peligro de extinción), dos aspectos que son reclamaciones tradicionales del gran consumo.

PSOE

El Partido Socialista ha adoptado en el debate el papel de gestor frío y desinteresado de la economía. Sin embargo, no está exento de ambigüedades. Frente a los populismos, el Ministerio de Agricultura ha defendido el rigor de los datos y el papel de la distribución alimentaria a la hora de amortiguar mediante sus márgenes de beneficio la inflación de costes. Por contra, la ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de que las cadenas de supermercados 'bajen' los precios, como si se tratara de una cuestión de mera voluntad, lo que podría abrir la puerta a 'topes' en la cesta de la compra que causarían desabastecimiento y problemas en la cadena.

Alfonso Sebastián, vicepresidente de la Asociación Española del Retail, se sorprendía en Linkedin con el programa del partido de Pedro Sánchez: "no he encontrado nada relativo a Retail en las 104 páginas de su documento".

En cualquier caso, es previsible que la política del PSOE sea continuista en caso de conservar el poder a partir de diciembre, más todavía si obtuviera una mayoría que le permita gobernar en solitario.