La inflación se lleva por delante el pescado fresco: ¿qué están comprando los consumidores?
Responsables de Mercadona, Alcampo o Nomad Foods sostienen que los consumidores están buscando alternativas de proteína más económicas, como los preparados, congelados y el pollo.
No es novedad que la inflación ha llevado a los consumidores españoles ha alimentarse menos y peor. Ahora el sector de la distribución ha proporcionado nuevos datos: el descenso de consumo del pescado fresco se relaciona con un trasvase hacia los productos preparados y congelados, así como hacia otras proteínas animales como el pollo, en principio más económicas.
Así lo han indicado responsables de compañías como Mercadona, Alcampo, Nomad Foods y Anedilco en una mesa redonda que ha moderado la periodista de la Agencia EFEAgro Mercedes Salas, en el congreso Conxemar-FAO que se celebra este martes en Vigo.
María Sapiña, gerente de medioambiente de Mercadona, ha incidido en que "año tras año el consumo de pescado está cayendo mucho" y ha advertido de que las nuevas generaciones demandan un cambio en la sección de pescadería, en el modelo de venta de pescado.
Ha dicho que el objetivo de su firma es facilitar la compra al consumidor y que tenga acceso al producto limpio, fresco, sin colas, para reducir tiempo en la compra y que lo puedan destinar a consumirlo.
Eduardo Dendarrieta, de Alcampo, ha abordado el "trasvase de consumo hacia productos de acuicultura", buscando una "mejor relación calidad-precio", y también el del pescado fresco al congelado u otras proteínas más económicas, como el pollo.
Una tendencia que ha confirmado Steve Challouma, director de marketing de Nomad Foods, una empresa estadounidense-británica de alimentos congelados, quien ha afirmado que lo que "está creciendo" es el mercado de productos preparados, como los palitos y los rebozados, un cambio que ha atribuido al intento del consumidor de "obtener proteínas más baratas".
Eduardo Ruiz, director de operaciones de Anedilco, grupo de distribución de comida congelada en España, ha incidido en la incorporación a los menús de productos más económicos, hacia nuevas especies menos conocidas o técnicas de cocción menos costosas, así como a dirigir el consumo hacia familias de alimentos en que los euros-kilo tienen menor importe que los del mar.
También ha dicho que los hosteleros quieren aprovisionar menos y eso afecta a las empresas de distribución, que se ven obligadas a dar más servicios continuados a un punto de venta, y que cada vez demandan formatos más reducidos.
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