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¿Estamos comiendo menos y peor los españoles? ¿Por qué baja el 10% la demanda de alimentación en el súper?

Expertos consultados coinciden en que la caída de la demanda en marzo del 5,3% (-10% en alimentación) se debe, principalmente, a que los consumidores están racionalizando más sus compras, evitando la compra por impulso y de acopio, aunque confluyen muchos más factores, como el despegue de la hostelería, fundamentalmente la ligada al ocio de fin de semana.

Muchos consumidores acuden al súper con la lista de la compra.
Muchos consumidores acuden al súper con la lista de la compra. / Redacción FRS

El consumidor hoy acude con mayor asiduidad al supermercado, pero llena menos el carro de la compra. Todo parece indicar que esa intención de ahorro ha hecho reducir el desperdicio. También ha frenado la compra por impulso y de acopio. Ahora todo discurre más en el día a día y se tira de despensa.

La recuperación de la hostelería es el segundo factor que explica la histórica bajada de la demanda en el súper, que en marzo cayó el 5,3%, aunque en esta estadística también jueguen circunstancias distorsionadoras como la huelga de transportes y el acaparamiento de productos que también siguió a la guerra de Ucrania (finales de febrero de 2022), con impacto positivo en marzo de 2022 y resaca posterior en los meses de abril y mayo. En este sentido, en los próximos meses, las ventas pueden moderar su descenso en volumen.

El problema es muy real para muchas tiendas de alimentación cuya viabilidad estaba cimentada en demandas anteriores, "ficticias" para entendidos ("ahora se está vendiendo lo que se debe vender").

La alta inflación, la subida de tipos de interés y el consiguiente encarecimiento de las hipotecas han disminuido el poder adquisitivo de los españoles, condicionando su consumo. Eso sí, no parecemos dispuestos a renunciar al ocio en esta era post pandemia: la restauración ha recuperado su pulso en este arranque de año, recuperando su "cuota de estómago", y las vacaciones se antojan sagradas.

El problema para el food retail vendrá si la situación se vuelve crónica cuando todo se estabilice un poco, porque está en juego la supervivencia de muchos negocios. "No vienen curvas, estamos ya curveando", reconocen.

Líderes del sector opinan

En Food Retail & Service hemos querido conocer el punto de vista del sector sobre la principal razón de la caída histórica de la demanda. De los 295 votos emitidos en 24 horas en nuestra encuesta en LinkedIn, algo más de la mitad opina que se come y se bebe más fuera de casa, un tercio que hemos reducido el desperdicio y el 15% que los españoles comemos menos.

295 votos emitidos en 24 horas.
295 votos emitidos en 24 horas.

También he consultado a mi reducido grupo de VIPS en Whatsapp y estos han sido algunos de sus siempre interesantes y certeros comentarios:

José Antonio Latre (EY-Parthenon) cree que los españoles estamos comiendo peor. El principal dato que lo corrobora es que, según el último dato publicado por el MAPA (octubre 2022), la caída en volumen para total alimentación era del -8,8% y, para las categorías principales de frescos (carnes, pescados y frutas y hortalizas frescas), del -12% al -14%.

"Medir el desperdicio alimentario con precisión es difícil ya que en su mayor parte se produce en el hogar, pero sabemos que está aumentando la frecuencia de compra, reduciéndose el tamaño de cesta y que muchos compradores acuden con su lista de compra a la tienda, así que no es difícil deducir que el consumidor está controlando mejor su despensa y reduciendo por tanto el desperdicio, ya que es un ahorro directo", explica Latre.

En su opinión, el consumo fuera del hogar está aumentando, más en ocasiones (tickets) que en gasto medio (este sube en realidad por la inflación), "pero no justifica la caída de volumen en retail". "No olvidemos que el consumo en el hogar sigue representando 2/3 del total de alimentación (algo menos de bebidas)", argumenta.

Para Jorge Jordana (Fundación Lafer), comemos productos más baratos, que no es necesariamente es comer peor, e ingerimos menos cantidades, "lo que a lo mejor nos mejora el índice de obesidad". Por su parte, no ve que la hostelería esté tirando ("estos últimos meses está bajando compras") y el desperdicio ha mejorado algo, pero, "hasta que no se quite la provocación de la inútil fecha de consumo preferente, seguiremos tirando comida presuntamente caducada".

Según David Navas, experto en retail y gran consumo, "la reducción se debe sobre todo al impacto de la inflación en los precios de venta y la pérdida de nivel adquisitivo de los consumidores". "Esta situación", continúa, "le lleva a ser muy racional en su acto de compra, comprando estrictamente lo necesario. Se incrementa la frecuencia de visitas al punto de venta y a la vez se reducen las unidades/kilos en la cesta. Este comportamiento tiene el efecto positivo de la reducción del desperdicio alimentario, pero es una consecuencia colateral de la mentalidad de ahorro".

Jaime Sanabria (Covirán), tomando en cuenta la opinión de los pequeños tenderos de toda la vida, cree que ahora "se está vendiendo lo que se debe vender". "Ante la subida de precios, la compra fuera de la lista, sin planificar, es la que está sufriendo más", corrobora.

Sanabria ve claro el efecto post-pandemia favorable a la restauración, restando capacidad económica que de otra manera se estaría volcando en el retail (prueba de esto es el crecimiento apuntado en maquillaje, por ejemplo). Esto, aderezado con el alza de precios, explica que la cesta haya bajado en volumen. Si antes esperábamos a tener medio kilo de arroz para comprar otro, ahora esperamos a gastarlo completamente. El problema es la viabilidad de muchos negocios, cimentada en demandas ficticias, que ahora se ven tambalear. "No vienen curvas... estamos ya curveando", asegura.

José Armando Tellado (Capsa Food) aboga por diferenciar COMPRA de CONSUMO, especialmente cuando la comparativa contra año anterior es compleja por la huelga del transporte y por la Semana Santa. "Creo que hay que ver marzo y abril en conjunto para valorar", advierte. En cualquier caso, no duda de que se esté consumiendo menos, aunque no tanto: "Sí creo, pero no tengo datos, que se está apurando más la fecha y reduciendo el desperdicio; lo que dudo es que haya trasvase del hogar a fuera del hogar en un entorno de inflación si asumimos la normalización del canal post COVID".

Para Luis Martínez (experto en retail) el precio es el factor clave que influye en que nos pensemos más comprar, lo que reduce los stocks de seguridad que tenemos en casa: "En lugar de comprar las cosas en packs de 2 o de 6, o formatos grandes, intentamos ajustarlo más a las necesidades reales de consumo. Y además lo hacemos comprando más las cosas baratas: la marca de distribución y los productos de marca de fabricante de menor precio; en los frescos es todavía más claro (las frutas por piezas en vez de por kilos) y la carne y el pescado con menor ticket medio cuando compramos ajustando más las raciones, lo que produce menos desperdicio como consecuencia".

"Pasamos también ligeramente más tiempo fuera de casa que el año pasado, batiéndose records de ocupación hotelera, por lo que comemos menos en casa. Y esto último ya está llegando a los niveles prepandemia. Es parte de la devolución al canal horeca de lo que se le quitó en la pandemia", explica.

Por su parte, Alfonso Sebastián (Asociación Española del Retail) habla de dos factores que explican la caída: "En primer lugar, el trasvase de consumo de dentro a fuera del hogar, que tiene dos orígenes: ocio y un mayor grado de trabajo presencial en las empresas. El último dato en este sentido es de finales de 2022 e indica que solo el 14% de la población ocupada teletrabaja, casi 4 puntos menos que en 2021."

En segundo lugar menciona el menor desperdicio alimentario: "Con la subida de precios de los alimentos, metemos menos productos en la cesta y el riesgo de que estos caduquen y acaben en la basura se mitiga. También hemos perdido la vergüenza de pedir en el restaurante que nos preparen en un túper la comida que no llegamos a consumir en el local para luego darle uso en el hogar".

Según Antonio Agustín, experto en gran consumo y horeca, la restauración crece fuerte. "La euforia desatada del consumo fuera del hogar confirma que este mercado se está simplificando: antes eran dos compartimentos separados (food service y retail), pero hoy son vasos comunicantes y pronto va a ser un solo mercado. Eso forzará movimientos aún incipientes como el “Listo para comer”. El hueso del retail actual se agota y habrá que ir a por otros”, apunta.

Arturo Mendoza (Massimo Zanetti Beverage Iberia) incide en la idea general de que el consumidor estudia mucho más lo que se compra, vuelve a cestas más pequeñas y evita el acaparamiento, lo que disminuye el desperdicio. Por supuesto, la mejora de consumo fuera del hogar ayuda a explicar esta caída de volumen, aunque su evolución plantea dudas: "Ya veremos si se mantiene el horeca con la bajada del índice de confianza y con menos recursos disponibles en el bolsillo de los consumidores".

Por su parte, Eusebio Martínez de la Casa (Recircula) también se muestra pesimista respecto a la evolución del consumo: "Los precios, el euribor y la incertidumbre no paran de subir; los salarios no pueden contener la pérdida de poder adquisitivo; los autónomos tendremos que pagar más a la TGSS; el panorama político es de enfrentamiento; y ver un telediario te lleva a la consulta del psiquiatra. Con este panorama, opino que el consumo seguirá bajando".

Según Luis Miguel Espejel (experto en retail), estamos comiendo menos y también disminuye la compra de impulso. Los clientes acuden a la tienda con más frecuencia y compran lo que necesitan en el día; de esta manera controlan el gasto. Al igual que José Antonio Latre, Espejel cree que los españoles también comen peor. "El ticket medio en pescado y vacuno ha caído", argumenta.

Por contra, el empresario del jamón Enrique Tomás considera que se está comiendo mejor en general. "Se está cogiendo conciencia de menos y mejor (que no más caro)", argumenta.

Y, para concluir, Joaquín Jiménez (Júver) apunta que la pérdida de volumen también afecta a la MDD en retail y coincide con la idea general de ajuste de los stocks caseros: "En mi opinión no se puede atribuir a un solo efecto. La pérdida de poder adquisitivo es muy posible que haya empezado a afectar a la despensa que todos teníamos en casa". Asimismo, esgrime factores, como las ganas de disfrutar, que favorecen el auge del canal horeca: "El teletrabajo no es tan intensivo como en los últimos dos años y creo que el duro golpe de realidad que supuso primero el COVID y la guerra después ha exacerbado el carpe diem patrio".

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