Lo peor para Grupo Dia ha pasado ya. Así lo considera JB Capital Markets, la boutique de inversión de Javier Botín —hermano de Ana Botín—, que ha reiterado la recomendación de invertir en la enseña debido al "potencial de revalorización de las acciones".
El grupo de inversión considera que existen razones para creer que "Dia está iniciando un nuevo capítulo, pasando de un proceso de reconstrucción a otro de crecimiento, con la suficiente capacidad económica para financiar las inversiones necesarias".
El grupo de inversores minoritarios reunido en torno a Western Gate también reconoce que los "cambios recientes han fortalecido el atractivo de inversión", si bien, matiza, todavía existe "mucho por hacer".
Grupo Dia aprobó el pasado diciembre un acuerdo de refinanciación que le ha permitido sustituir su deuda sindicada, contraída a finales de 2018, por un nuevo crédito de 885 millones de euros con vencimientos a tres y cinco años.
Según defendió entonces Martín Tolcachir, consejero delegado de Dia, el nuevo acuerdo permitiría a la enseña iniciar "una nueva etapa de aceleración". Los mercados se han mostrado menos entusiastas: una vez completado el contrasplit (o proceso de agrupación de acciones), el precio del título se ha mantenido estable entre 17,20 y 17,70 euros desde el pasado 3 de febrero.
Vientos de cambio
Sin embargo, los vientos están cambiando para Dia. A pesar de la caída en las ventas prevista para 2024 —del 16% según ha adelantado la cadena, aunque los resultados definitivos se darán a conocer a finales de este mes—, el consenso ahora es que ya ha tocado fondo.
Las desinversiones están liquidadas, la cuota de mercado tocó suelo —del 3,5%— en el primer trimestre de 2024 y comienzan a observarse brotes verdes.
De hecho, en el último semestre la cadena conquistó una décima de cuota de mercado hasta el 3,7%; todavía lejos del 4,8% que detentaba en verano de 2022, pero con una superficie comercial menor y un modelo más definido.
La enseña ha logrado posicionarse en una zona intermedia entre las cadenas de surtido corto como Mercadona, Aldi o Lidl y las regionales, lo que le ha permitido hacerse con una base estable de clientes sénior, además de las habituales compras de conveniencia.
La transformación de su marca propia ha sido un éxito, y deshacerse de MaxiDia le ha proporcionado una doble ventaja: además de sortear la crisis de los formatos grandes, le ha permitido financiar la renovación de su parque de tiendas.
Ahora los inversores parecen haber recuperado parte de la confianza perdida en el gigante de Letterone. Pero si la enseña quiere conservarla, deberá sacar más partido a los más de 2.200 supermercados que posee en España.