Adelantándose a las obligaciones normativas que afectarán al sector en los próximos años, Veritas se convierte en el primer supermercado de España completamente libre de bisfenol A (BPA), lo que califica como "un paso decisivo hacia la protección de la salud pública y la seguridad alimentaria".

El bisfenol A (BPA) es un compuesto químico utilizado en la fabricación de plásticos y resinas, presente en el revestimiento interno de envases como latas de conserva, tapas de tarros de vidrio, bandejas y botellas de plástico, así como en artículos menos visibles como tickets de caja y de balanzas. Estos materiales, al entrar en contacto prolongado con los alimentos, pueden liberar BPA, lo que representa un riesgo potencial para la salud debido a sus efectos adversos sobre el sistema inmunitario, metabólico y reproductivo.

Desde hace tres años, Veritas ha trabajado en analizar y sustituir progresivamente este compuesto en todos sus envases y materiales en contacto con alimentos, un proceso que culmina ahora, sin esperar a que la normativa española lo exija. De hecho, en el año 2016 ya fue pionero en la lucha contra el BPA, con la supresión de este compuesto de los tickets de caja y las balanzas.

Anselmo Méndez, director general de Veritas, destaca la confianza que esta acción genera en los clientes que compran productos en sus centros: "La transición hacia envases más seguros no es solo una exigencia normativa, sino una responsabilidad social. Con esta decisión, Veritas reafirma su liderazgo y avanza hacia un futuro donde comer sano, además de placer, también signifique consumir productos libres de tóxicos".

Por delante de las exigencias normativas

El pasado 2 de enero, entró en vigor la nueva normativa europea que prohíbe el uso de bisfenol A (BPA) en materiales en contacto con alimentos. Sin embargo, en España se ha establecido una disposición transitoria que permite su uso hasta junio de 2026, dando margen a la industria para adaptarse. Francia, pionera en este ámbito, ya prohibió el BPA en envases alimentarios en 2015, marcando el camino hacia una regulación más estricta en toda Europa.

Estudios científicos han demostrado que el BPA puede migrar de los envases hacia los alimentos y bebidas que contienen, pudiendo derivar en problemas asociados con el cáncer de mama, trastornos neuroconductuales, diabetes y obesidad, entre otros.

"Por ejemplo, se ha observado que la capacidad del BPA para imitar al estrógeno podría estimular el crecimiento anormal en el tejido mamario, lo que incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Asimismo, investigaciones han relacionado la exposición temprana a esta sustancia con alteraciones en el comportamiento, como hiperactividad y dificultades de atención en niños", explican desde Veritas.

A ello cabe sumar, según la marca, que el BPA puede interferir en la función de las células beta del páncreas y en la señalización de la insulina, lo que contribuye a la resistencia a la insulina y al desarrollo de diabetes tipo 2, mientras que también favorece la diferenciación de células adiposas, aumentando la predisposición a la obesidad.