Evitar los 'gastos hormiga' en el súper, un alivio para el bolsillo
La compra de productos que no son necesarios en cada salida al súper, puede llevar un ahorro de más de 100 euros al mes.
El encarecimiento prácticamente descontrolado de los precios de los alimentos está poniendo frente a las cuerdas a muchos consumidores que encuentran serios problemas para llegar a fin de mes o que han visto cómo se ha multiplicado este gasto en el último año. La solución a este problema, que tiene diversas causas, no es fácil, pero es posible aligerar esta carga haciendo un uso consciente de la compra en el supermercado. Para ello, hace falta que todos los miembros de la familia se apliquen con el fin de contribuir a esta misión, en especial cuando nos acercamos a una de las épocas con mayor consumo del año: la Navidad.
Por ejemplo, evitar los 'gastos hormiga', es decir, la compra de productos que no son necesarios en cada salida al súper, puede llevar un ahorro de más de 100 euros al mes, tal y como recoge el portal uppers.es.
Dependiendo del supermercado elegido, esas 'compras hormiga' pueden suponer un sobrecoste de entre 20 y 30 euros semanales; entre 80 y 120 euros mensuales que engrosan el presupuesto familiar. Por ello es importante, restringir las salidas al supermercado para hacer una sola compra semanal.
Para llevar a cabo esta compra racional, es conveniente tener un lugar concreto en el que todos puedan apuntar lo que se acaba o lo que se necesita realmente.
En definitiva, para ahorrar no hay que perder vista los tres básicos del consumo consciente: elegir mejor qué comprar, elegir mejor dónde comprar y planificar lo que se va a comprar.
REDUCIR REFERENCIAS Y SER CRÍTICOS CON LAS OFERTAS
Otro aspecto relevante tiene que ver la elección de distintas referencias de un mismo producto (cereales, galletas, embutidos, leches, refrescos, snacks...) Reduciendo las clases de producto dentro de una misma gama se logra un ahorro significativo.
Tampoco hay que olvidar que las ofertas no siempre suponen un ahorro. Comprar algo muy barato que no necesitamos siempre es un gasto. Sí puede ser interesante en el caso de productos caros que se consumen habitualmente, como aceite o detergentes.
Por otra parte, es aconsejable manejar una lista de la compra flexible en la que tengan prioridad los productos de temporada (frutas, verduras y pescados).
ELEGIR BIEN EL SUPERMERCADO
Elegir un supermercado que se adapte a lo que se busca en calidad/precio es otro elemento básico para ahorrar. A veces desplazarse a un híper no es la mejor opción para mantener a raya el bolsillo si conlleva un gasto en gasolina.
Asimismo, aquellos establecimientos que tienen un exceso de oferta pueden incitar a comprar más de lo necesario.
Finalmente, un apunte relacionado con el diseño de los supermercados. Los productos más baratos (y no de peor calidad) están en la última fila. La razón es que tendemos a comprar lo que está a la altura de los ojos y no solemos agacharnos para buscar. Realizar este pequeño esfuerzo tiene una recompensa económica.
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