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100% o nada: la regla de oro de nuestros negocios

Publicado: 02/06/2021 ·13:31
Actualizado: 02/06/2021 · 13:31
  • 100% o nada: la regla de oro de nuestros negocios

La medida de los hoteleros es la ocupación, la de los restauradores son las reservas y mesas libres a las horas de comer o cenar, y la de los vendedores de automóviles y muchísimos más, la comparación con el año anterior, que se debe superar sí o sí.


Y la coincidencia en el análisis, sea cual sea el sector, es que no hay motivo de estar satisfecho si no se vende lo mismo que el año pasado o la ocupación no es total.


No creo que ésta sea una consecuencia del sentido luterano de la vida y el trabajo sino más bien de la naturaleza y estructura de nuestras empresas… ¿De verdad hay que andar agobiado por no alcanzar siempre e incluso superar el 100%?


Si es así, es que los márgenes son estrechísimos y el precio es el factor esencial.


Bien. Aún así…


Vender lo mismo, o incluso menos, puede esconder mejoras más que sustanciales: sustitución de clientes pequeños o malos por otros más grandes y buenos (¿mejores?). También pueden darse vueltas a los costes, ya sean de materias primas (para poder mejorar los márgenes de contribución) o generales, para andar con menos sudor y resuello.


Recuerdo en este punto uno de los chistes de Fernando Pereira, profesor genial y preferido de contabilidad:


“En esto, el propietario de un negocio le pregunta a su director financiero cómo va el negocio y este le responde:


- Don Antonio, tengo dos noticias, una buena y una mala. ¿Cuál prefiere que le cuente primero?


- La buena.


- Las ventas van como un tiro. 20% más que el año anterior.


- Magnífico.


- ¿Quiere saber la mala?


- No me la imagino, pero dime.


- Los márgenes de contribución van un poco justillos: peores que los de año pasado, pero muy poco.


- ¿Cuánto peores?


- Ligeramente negativos…¡Pero muy poco!”.


Pues eso. Yo creo que deberíamos procurar avanzar en negocios que no nos exijan tan ávidamente el crecimiento.


Por poner un ejemplo. Estos días leía a Pla, el genial periodista que acabó viviendo en la casa familiar de su tierra natal de l’Empordá. En 1964 comentaba que había muchísima gente en las playas y muchos coches en las carreteras. El Heraldo de Aragón del 11 de agosto de ese año publicó :“España es la primera potencia turística de Europa, reconoce la prensa parisina, al comprobar la disminución de la corriente turística hacia Francia e Italia en beneficio de España”.


Entrarían ese año unos 11 millones de turistas extranjeros. En 1975, más de 35. En 2005, 56 millones y en 2019… ¡casi 83 millones!... Pobre Pla… no sé si entendería esto.


Porque esto -como el crecimiento- tendrá un límite... Digo yo. ¿O no?


¿No sería mejor enfocar el afán en ganar más, aunque no fuese a costa -necesariamente- de vender más o del “todo a petar”?


Antonio Agustín


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