La dieta mediterránea reduce el riesgo de contagio de Covid
Investigadores de la Universidad de Navarra demuestran por primera vez que un patrón alimentario es capaz de proteger frente al virus hasta en un 64% en las personas que mejor lo siguen.
Todos sabemos de los beneficios que tiene la dieta mediterránea. Sin embargo, en el actual escenario, este patrón alimentario se ha comprobado que ofrece aún más bondades para la salud. Y es que un estudio realizado entre 9.677 participantes del Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) y publicado en la revista Clinical Nutrition concluye que una mayor adherencia a la dieta mediterránea estaría asociada a un menor riesgo de Covid-19, que se ve reducido hasta en un 64% en las personas que mejor la siguen.
Como señalan los investigadores, los beneficios que una nutrición adecuada posee para el sistema inmunitario hacían esperar que la dieta mediterránea protegiera de la infección por el SARS-CoV-2. Sin embargo, es la primera vez en el mundo que una investigación epidemiológica lo describe.
Rafael Pérez Araluce, graduado en Farmacia y Nutrición por la Universidad de Navarra, y la Dra. Silvia Carlos, vicedecana de alumnos de la misma Facultad, también profesora en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina, han sido los principales autores del trabajo, junto a investigadores del Ciberobn, como el catedrático Miguel Ángel Martínez-González.
MENOS CARNE, MÁS VERDURA Y ALCOHOL MODERADO
Los hábitos alimentarios de los participantes se evaluaron mediante una puntuación de 0 a 9 de adherencia a la dieta mediterránea, según el 'score de Trichopoulou', "un índice de nueve ítems establecido por la profesora de la Universidad de Atenas Antonia Trichopoulou, conocida como la madre de la dieta mediterránea", explica la Dra. Silvia Carlos.
"El seguimiento de diez años a estos participantes del Proyecto SUN es lo que nos permitió hace unos meses analizar la hipótesis de si la adherencia a la dieta mediterránea podría proteger de la infección por SARS-CoV-2. Pudimos observar que los participantes con una adherencia intermedia (≥4 y <7) tenían una probabilidad significativamente menor de desarrollar Covid-19 que aquellos con baja adherencia. Por otra parte, quienes poseían una mayor adherencia (≥ 7) presentaban el menor riesgo, en comparación con aquellos participantes con tres o menos puntos", afirma.
La adherencia a este patrón en el sistema desarrollado por Trichopoulou se mide según exista una mayor proporción de grasas monoinsaturadas (provenientes principalmente del aceite de oliva), frutas y frutos secos, verduras, legumbres, cereales y pescado; y una menor ingesta de carne y lácteos, así como un consumo moderado de alcohol.
Como atestigua la Dra. Carlos, se trata de unos resultados importantes, "por una cuestión de salud pública", ya que es la primera vez que se ve en un estudio prospectivo de esta envergadura que un patrón de alimentación saludable puede prevenir la Covid-19.
Esta experta incide en la importancia de que estas evidencias científicas lleguen al mayor número de personas: "Si no, nuestra investigación no tiene sentido, porque trabajamos para intentar mejorar la vida de las personas", asegura.
Lo que deja claro este estudio es que los ciudadanos tenemos, a nivel personal, "un gran margen de mejora por delante, también en la pandemia", señala esta especialista. "Se suele pensar que vivir en una zona mediterránea conlleva, casi por defecto, el seguimiento del patrón de alimentación que lleva su nombre, pero no siempre es así", advierte. "Es necesario que se repliquen investigaciones como esta, para aumentar el grado de evidencia e ir consiguiendo cambios en la salud de la población", concluye la Dra. Carlos.
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