El consejero delegado de la oficina en Estados Unidos de Aceites García de la Cruz, Eusebio García, ha advertido de que los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump a los productos españoles no frenarán el consumo de aceite de oliva —en plena expansión en el país norteamericano—, pero sí pondrán en riesgo el liderazgo de España en este mercado, beneficiando a competidores como Turquía.
En declaraciones telefónicas a EFE desde Estados Unidos, García subrayó que este país representa un mercado clave para la compañía, con sede en Madridejos (Toledo), ya que absorbe unos cinco millones de kilos de aceituna al año, lo que supone el 40% de sus exportaciones.
Según el directivo, los aranceles llegan en un momento en el que la demanda de aceite de oliva en Estados Unidos está creciendo, lo que agrava aún más su impacto. "La aceituna española perderá valor", asegura, señalando que Turquía, con un arancel preferente del 10 % -el mínimo impuesto por Trump-, ganará competitividad y cuota de mercado frente a España.
“Turquía va a quitarle a España un pedazo importante de su liderazgo”, advierte.
A pesar de ello, no prevé una caída generalizada en las ventas, al menos no en el segmento del aceite gourmet, al que se dedica su empresa. “Se amortigua la pérdida con la entrada de los hogares”, explica, haciendo referencia a una demanda más estable en el canal doméstico.
El mayor impacto, dice, se sentirá en el aceite vendido a granel, donde el producto español dejará de ser competitivo bajo los nuevos aranceles. No obstante, matiza que el mercado podría no resentirse demasiado, ya que “venimos de precios muy altos” y la demanda se ha mantenido firme incluso en ese contexto. “Habrá una frenada, pero no una bajada del consumo”, insiste.
Donde sí habrá consecuencias negativas será para el consumidor estadounidense, advierte, ya que el país solo produce el 2% del aceite que consume y depende casi totalmente de las importaciones.
García se muestra esperanzado en que la Administración Trump acabe negociando “partida a partida” los aranceles, y confía en que el aceite de oliva -un producto de consumo directo e indispensable para EE.UU.- sea uno de los menos afectados.
La esperanza de Mercosur
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas ha apelado a "la unidad de todos para defender nuestros intereses", pero también ha hecho hincapié en la apertura y consolidación de nuevos mercados para el aceite de oliva. En este punto se ha referido a Mercosur, un acuerdo que se ha mostrado confiado en que "se ratifique pronto".
"Son 268 millones de personas, de ellas 212 en Brasil, un país que consume el aceite de oliva, que tiene unos aranceles muy altos y que los va a disminuir por este acuerdo", ha dicho el ministro, que también se ha referido a China, Vietnam, Japón, Corea, que "son consumidores de nuestro aceite de oliva y, por tanto, destinatarios potenciales de nuestras exportaciones".