La cesta de la compra en 2021: higiénica, saludable y patriótica
La pandemia de coronavirus nos deja un cambio de hábitos bien definido que marcará el gran consumo de base alimentaria y su distribución durante este 2021.
La crisis de la Covid-19 ha dejado, en primer lugar, una sensibilización extrema por la salud y la higiene. Durante el período de confinamiento, la salida al supermercado capitalizaba la mayor parte de las preocupaciones, ante el riesgo de contraer el virus. Esto tiene consecuencia en la compra y en la forma de hacerla.
De hecho, superado ya el Estado de Alarma inicial, los puntuales episodios de contagios en instalaciones alimentarias siguen recordando a los consumidores el riesgo inherente a la compra y el consumo de alimentos. Por su parte, fabricantes y distribuidores tendrán que trabajar con las máximas medidas de seguridad anti Covid-19 ante el riesgo de sufrir una crisis de reputación de consecuencias devastadoras.
Los patrones de compra han cambiado de forma radical: visitamos menos los supermercados, pero cuando lo hacemos gastamos más. Parece claro que ya no queremos pasar tanto tiempo en el súper sino que queremos ir, comprar y volver a nuestra casa lo antes posible.
Más allá del profiláctico lavado de cestas y carros, el suministro de gel hidroalcohólico o el uso obligatorio de mascarillas, las grandes cadenas aspiran a certificar su buena praxis como forma de atraer a un consumidor higiénicamente insobornable. Carrefour, por ejemplo, fue la primera cadena en obtener el certificado Aenor frente a la Covid-19. Otras han seguido su camino durante el segundo semestre de 2020.
En cuanto al factor precio, en este contexto de crisis estamos ante "un consumidor más racional" y con una mayor orientación al precio, donde las promociones desempeñarán un rol importante, así como el canal de surtido corto. ¿Se intensificará la guerra de precios? Lo que paree claro es que las principales cadenas de distribución intentan arañar cuota de mercado perdida vía promociones y descuentos ante la incipiente crisis económica y la previsible recuperación del Horeca en este 2021 que estrenamos.
El consumo dentro del hogar seguirá registrando un crecimiento considerable (según Bain & Company se prevén aumentos del 60% en el uso de plataformas de comida a domicilio); así como de todo lo referente a una cocina más saludable y elaborada y a los a los momentos de snack/placer, ámbito que ha resultado ser el gran ganador en 2020. (+56%, según los datos de Kantar).
A estas dos tendencias, salud y placer, hay que añadir una tercera: convenience, o el ahorro del tiempo, donde se han registrado crecimientos importantes en ayudas a la cocina, como caldos, salsas o productos congelados. Esta inclinación es probable que aumente a medida que volvamos a salir de casa y los horarios para cocinar se vuelvan más ajustados.
Otra de las preferencias que afloran entre los consumidores y que merece mención aparte es la búsqueda de productos locales o de proximidad. Kantar recuerda que el 65% de los consumidores prefiere comprar productos fabricados en su país de origen. Además, el 73% de los españoles apuesta por el consumo local.
En este sentido, el consumo de alimentos frescos y locales se disparó durante el confinamiento. Según los datos del Ministerio de Agricultura, el consumo de carne, hortalizas y verduras ha experimentado crecimientos superiores al 30% durante las semanas de la cuarentena. Las cadenas, ya lo hemos visto, se esfuerzan por destacar y reforzar la compra de productos a proveedores locales. El kilómetro cero va a jugar un papel más importante que nunca, también por ese componente 'patriótico' de favorecer más directamente la economía local donde reside el consumidor.
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