¿Industria 4.0 en alimentación? No, de momento solo 1.5...
El sector reflexiona y se ve todavía muy obsoleto a la hora de adoptar nuevas tecnologías para producir alimentos y bebidas.
"Las cosas hay que hacerlas de otra manera porque el mundo ha cambiado". Esta reflexión sirve como perfecto resumen del camino que debe coger la industria de alimentación y bebidas ante las nuevas demandas que vienen. El consumidor ha cambiado, es más exigente, y la pregunta es evidente: ¿por qué no ha de cambiar la forma en la que producimos los alimentos? Los expertos lo tienen claro: la industria 4.0 debe imponerse, pero todavía no se ve en el horizonte y hay que tener cuidado con los saltos al vacío...
Hablamos de una industria donde la conexión entre máquinas y personas es vital. Donde la flexibilidad es clave para adaptarse a las demandas del mercado. Donde la inteligencia en las empresas debe ser capaz de adelantarse a lo que viene. Donde la automatización ofrecerá rapidez y menos intervención humana. Donde hay una evolución simultánea de muchas tecnologías. Y donde lo social se impone, para que las compañías sepan dar al consumidor lo que esté demandando.
Sin embargo, estamos alejados de esa industria 4.0. "Estamos si acaso en una industria 1.5", ha comentado Manuel Vicente, responsable de tecnología de alimentación y bebidas en Siemens España, durante una jornada de reflexión organizada por Ainia sobre la fabricación y distribución de alimentos, en la que ha quedado en evidencia que el sector está aún obsoleto a la hora de avanzar y adaptarse a todo lo nuevo. La fábrica del futuro aún se ve muy lejos... Los presentes han coincidido en señalar que la industria 4.0 parece "estar de moda y hay, incluso, una presión mediática" por adoptarla. Pero todos han pedido reflexión y una hoja de ruta: "No se puede pasar del 1.5 al 4.0 a la ligera, sería saltar al vacío".
Manuel Vicente ha destacado que a nivel europeo se debe ser más eficiente a la hora de fabricar, poniendo como ejemplo a los chinos y a los estadounidenses. "No es fácil precisar la demanda de productos que vamos a tener y por eso hay que seguir invirtiendo para seguir avanzando", ha precisado el representante de Siemens, detallando que los cambios tienen que venir desde las fábricas. En ese sentido, ha recalcado que es clave garantizar la rapidez, la flexibilidad, la calidad, la eficiencia y la seguridad de los procesos, garantizando que los diseños de producto y la planificación deben ir de la mano de la ingeniería y la distribución.
El responsable de Siemens asegura que, en general, las fábricas no están operando a pleno potencial y "existen barreras entre los departamentos". Por eso ha recomendado que la información fluya entre todas las partes para poder tomar decisiones rápidas y eficientes. Por último, ha alertado sobre la necesidad de garantizar la seguridad, y más aún la ciberseguridad, en las fábricas: "Se han dado casos de pirateo y de petición de rescates que bloquean gravemente la producción".
David Martínez Simarro, jefe del departamento de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Ainia, ha recalcado que la industria de alimentación y bebidas debe flexibilizar los procesos, integrar la tecnología, usar la información existente y crear nuevos canales de comunicación con el consumidor. Los clientes "deben estar en el centro de todo". "Si adaptamos la empresa a los consumidores, tendremos mucho ganado", ha insistido.
SENSORES, ROBOTS...
"Hay que alcanzar una nueva generación en las plantas de fabricación", ha añadido Ramón Antelo, experto de Altran España. Dentro de sus recomendaciones para crear la fábrica del futuro, ha destacado la utilización de sensores inteligentes capaces de recoger, procesar y analizar en tiempo real información de varios puntos de las plantas que sirva para tomar decisiones inteligentes. Se pueden conocer, por ejemplo, desviaciones que puedan tener las maquinarias. "El coste de esta tecnología es escaso y se logran beneficios grandes", ha destacado. También ha recomendado el uso de tecnología virtual para hacer visualizaciones previas de cómo funcionaría una planta antes de crearla. Y no olvidemos la robótica: el futuro en la fabricación es contar con menos brazos y más robots.
Volvemos, para concluir, a la primera reflexión (empezó como una broma y terminó como titular de la jornada de Ainia) de Manuel Vicente, destacando que por mucho que se hable de la industria 4.0, todavía hoy en día estamos en un nivel 1.5. El llamamiento y el aviso de los expertos se repite día a día: "Si ha cambiado nuestra forma de escuchar música, de buscar información... ¿Por qué no va a cambiar la alimentación?"
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