Reino Unido inicia una investigación contra el 'ecopostureo' de los fabricantes y apunta a Unilever
La Autoridad de la Competencia británica considera que ciertas declaraciones de la multinacional en sus productos son vagas y amplias, "y pueden engañar a los compradores con respecto al impacto ambiental de esos productos". La investigación forma parte de un plan más amplio contra el 'ecopostureo' o 'greenwashing'
El greenwashing o 'ecopostureo' no es nuevo, pero se ha incrementado tanto en los últimos años que ha despertado las primeras sospechas por parte de las autoridades reguladoras.
La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) ha anunciado que examinará las afirmaciones medioambientales hechas por Unilever sobre ciertos artículos para el hogar, productos de limpieza y artículos de tocador, que podrían resultar exageradas y engañosas para los consumidores, según ha informado el regulador británico.
La decisión es parte de una investigación más amplia de la CMA sobre el 'ecopostureo' y surge de las preocupaciones sobre cómo el propietario de marcas como marcas como Cif o Dove comercializa ciertos productos con el reclamo de ser respetuosos con el medio ambiente.
El pasado mes de enero, la CMA amplió su trabajo sobre reclamos ambientales para incluir bienes de consumo de rápido movimiento (FMCG), aquellos artículos esenciales que las personas utilizan a diario y que se recompran periódicamente, como alimentos y bebidas, productos de limpieza, artículos de tocador y artículos de cuidado personal.
La revisión inicial de la CMA descubrió una variedad de prácticas preocupantes y, como parte de ese trabajo, ha decidido lanzar una investigación formal sobre Unilever.
Afirmaciones vagas y envoltorios ambiguos
En este sentido, apunta que ciertas declaraciones y lenguaje utilizado por la multinacional "parecen vagos y amplios, y pueden engañar a los compradores con respecto al impacto ambiental de esos productos", además de que las afirmaciones sobre algunos ingredientes se presentan de una manera que puede exagerar cuán "natural" es el producto y, por lo tanto, puede crear una impresión inexacta o engañosa.
Asimismo, advierte de que ciertas afirmaciones ecológicas (particularmente en relación con la reciclabilidad) pueden no ser claras, ya que no especifican si se relacionan con todo o parte de un producto o embalaje, mientras que el uso de colores e imágenes por parte de Unilever (como hojas verdes) puede crear la impresión general de que algunos productos son más respetuosos con el medio ambiente de lo que realmente son.
De tal modo, la CMA se ha puesto en contacto con Unilever y expondrá sus preocupaciones por escrito este martes, tras lo cual hará uso de sus poderes de recopilación de información para obtener más pruebas para avanzar en su investigación.
La forma en que se desarrolle el caso dependerá de lo que muestre la evidencia y los posibles resultados incluyen asegurar compromisos de Unilever que comprometan a la empresa a cambiar su forma de operar; llevar a la empresa a los tribunales; o cerrar el caso sin más acciones.
"Cada vez más personas intentan aportar su granito de arena para ayudar a proteger el medio ambiente, pero nos preocupa que muchos se dejen engañar por los llamados productos 'verdes' que no son lo que parecen", ha señalado Sarah Cardell, directora ejecutiva de CMA.
"Hasta ahora, la evidencia que hemos visto ha generado preocupación sobre cómo Unilever presenta ciertos productos como amigables con el medio ambiente. Profundizaremos en estas afirmaciones para ver si están a la altura. Si descubrimos que están haciendo 'ecopostureo', tomaremos medidas para asegurarnos de que los compradores estén protegidos", ha añadido.
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