Un huerto en tu cocina sin necesidad de mancharte las manos
Comer sano se ha convertido en una de las grandes metas de la sociedad en el siglo XXI. A ello ha contribuido una evidente sobreproducción de información en los últimos años sobre nutrición, dietética, buenos hábitos, sostenibilidad y medio ambiente.
Las elecciones que los ciudadanos hacemos en los mercados, supermercados y tiendas de alimentación locales vienen con una carga emocional que antes no tenían. Ya no elegimos (siempre) lo que más nos apetece, sino que buscamos una confluencia entre apetencia y salud. Y ante tal situación, no muchos de los productos que tenemos delante son excesivamente saludables.
Autocultivos domésticos contra las dudas
No saber si el producto que compramos es realmente sano como dice el packaging es una frustración que nos acompaña a muchos. De hecho, es cada vez más habitual ver a usuarios con sus aplicaciones de nutrición en sus móviles escaneando cada elemento que agarran. No nos fiamos de nada y de nadie en referencia a lo que comemos.
Una solución parcial a esta situación proviene de la denominada real food, una tendencia al alza en muchos hogares. Y este concepto viene de la mano de los autocultivos domésticos o huertos urbanos. Y es que no hay producto más fresco y saludable que el cosechado por nosotros mismos.
No penséis que es necesario tener un gran jardín o parcela para poder proveernos de (algunos) de nuestros productos más consumidos. Empresas emergentes como Resetea comercializan kits de autocultivo de setas, de plantas comestibles o de brotes verdes que, en muy pocos pasos, y con la paciencia que exige todo ciclo de vida en este planeta, otorga cosechas de productos naturales, sabrosos y habituales en nuestra dieta en la cocina o salón comedor de nuestro propio hogar.
Estos kits de autocultivo se han convertido en regalos naturales muy demandados tanto para uso gastronómico como decorativo.
Algunos de los llamados superalimentos como la chía, la quinoa o el kale, de elevadísimo nivel nutricional, se tienen al alcance de la mano con estos kits autocultivos de fácil uso gracias a las indicaciones en pocos pasos que incorporan para total tranquilidad de los consumidores.
Las posibilidades de los residuos orgánicos
En esta empresa gallega tienen un lema que les define como colectivo y a nivel personal, y no es otro que el de "los residuos no existen". Tal aseveración es uno de los pilares en los que se sustenta la economía circular, que trata de reutilizar aquellos residuos que el hombre genera y que normalmente desechamos.
Ocurre, por ejemplo, con los posos del café y las cascarillas de su grano, que Resetea emplea para sus kits de setas ostra, al ejercer de sustrato estable para el crecimiento de este hongo comestible tan popular. Hasta 4 cosechas de setas ostra se pueden conseguir de un solo kit. Otros elementos que desperdiciamos sin miramientos como la piel de la naranja o la concha del mejillón, también sirven para producir productos frescos y ecológicos que perfectamente recrean un minihuerto en tu propia cocina de casa.
Muchos piensan en regalos para cocinillas y optan por alguno de los kits autocultivo para sorprender gratamente a la otra persona.
Y es que la cada vez más poderosa influencia de los productos de huerta propia, naturales y ecológicos en la vida de los consumidores, pone de relieve el aumento del peso específico que la alimentación ya tiene en nuestra percepción de la salud. Además, un mayor consumo de estos productos de tal saludable procedencia contribuye a tener un mundo mucho más equilibrado y sostenible donde acciones como el reciclaje y la reutilización sean vistas por la sociedad y las instituciones como la base de un nuevo modelo de consumo y explotación de recursos.
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