Hosteleros y distribuidores, una colaboración más importante que nunca
El 74% de los clientes pide una bebida o marca por recomendación de su camarero, lo que revela la importancia de cooperar a lo largo de la cadena para incorporar valor y ayudar a que éste sea percibido como tal por el consumidor.
La hostelería ha pasado ya los mejores meses de facturación derivados del rebote posterior a la pandemia —la llamada "inflación de vivir", el deseo de compartir y vivir experiencias fuera del hogar— y se adentra en una etapa de nueva normalidad.
En este contexto, acentuado por la inflación, los consumidores no dudan en seguir gastando en aquello que les proporcione valor, pero son más selectivos. "Es por este motivo que la colaboración entre distribuidores y hosteleros es más importante que nunca", señala Celia Rodríguez, Retail Intelligence Expert en NielsenIQ durante su exposición en el Hip 2024 celebrado en Ifema Madrid.
La restauración de marca se ha comportado mejor en estas circunstancias, pasando del 24,6% de cuota en valor en 2019 al 29,4% en 2023. Sin embargo, aún hay espacio para la restauración independiente. "Los bares que sobrevivirán son aquellos que sepan equilibrar dos factores: demanda y precio".
El 93% de los hosteleros cree que las relaciones sólidas entre proveedores/distribuidores y hosteleros es muy importante para el éxito de su bar. El 27% cree que las visitas de embajadores de marca a sus establecimientos serán más importantes ahora que en el futuro, puesto que les permitirán distinguirse. Cabe tener en cuenta que el 74% de los clientes pide una bebida o marca por recomendación de su camarero, de manera que la colaboración entre toda la cadena es crucial para incorporar valor y ayudar a que éste sea percibido como tal por el consumidor.
"Los distribuidores son el agente del cambio en la hostelería en España, y deben hacer que la subida de precios impacte lo menos posible en los consumidores sin dejar de proporcionarles valor", subraya Rodríguez.
10 retos a los que se enfrenta el sector en 2024
Los hosteleros han identificado un conjunto de diez retos a los que se enfrenta el sector en el presente curso. El primero de ellos, por supuesto, es la subida de costes: es cierto que lo peor ha pasado, pero continúa presionando sobre los márgenes de las compañías del sector.
En segundo lugar se encuentran los costes de propiedad, impuestos, tarifas y tasas, que se han incrementado con diferentes pretextos (impuestos al plástico, ley de Desperdicio Alimentario, etc.) en la última legislatura. En tercer lugar aparecen los costes de la cadena de suministro; en cuarto lugar, la adaptación a la evolución de la demanda y el comportamiento de los consumidores, y en quinto la contratación y retención de personal (cada día más escaso).
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