El término resiliencia proviene del vocablo latino “resilia” que significa volver atrás. Es un término utilizado en física para describir la propiedad de los cuerpos para volver a su forma original más fortalecidos, después de haber sufrido deformaciones a causa de la fuerza. Posteriormente, el término fue utilizado en las ciencias sociales para describir características personales o individuales de niños y adultos que logran sobrevivir a tragedias o condiciones infrahumanas de vida. ¿Por qué es interesante fomentar esta cualidad en los trabajadores de las grandes superficies?
La resiliencia es, por tanto, un conjunto de atributos y habilidades innatas para afrontar de forma adecuada situaciones adversas, de riesgo o factores estresantes. Hoy día, ser resiliente debe considerarse como alcanzar un nivel de desarrollo normal en todas las dimensiones que componen al ser humano (físico, cognitivo, emocional y social). (Suárez, N. 2004.Resiliencia, tendencias y perspectivas. Unla).
La persona resiliente posee las siguientes características que a su vez auto-fomentan el hábito resiliente en ella.
- Tiene confianza en sus capacidades, se conoce y sabe cuáles son sus fortalezas y puntos de mejora.
- Posee capacidad analítica y dimensiona los problemas de forma adecuada, mantiene los pies en la tierra y evalúa el entorno en el que se encuentra, asignando a cada circunstancia la debida prioridad.
- Desarrolla iniciativa y se fija objetivos alcanzables. Establece metas a las que quiere llegar, tiene una misión y visión en su vida.
- Establece relaciones sociales constructivas sobre la base de los límites que quiere establecer y la comunicación asertiva.
¿Por qué es interesante fomentar esta cualidad en los trabajadores de las grandes superficies? En los ambientes laborales nocivos o tóxicos, las personas desarrollan ansiedad y pueden llegar a padecer enfermedades físicas causadas por el estrés y el mal ambiente que se respira en su lugar de trabajo. Esto afecta a la productividad de la persona, la desmotivación hacia la tarea y, por lo tanto, a la consecución de objetivos. Además, existe despreocupación por la satisfacción del cliente.
Fomentar que las personas sean resilientes implica que en momentos de cambio provocados por circunstancias económicas, sociales, personales o laborales, la precariedad en el empleo, el miedo a quedarse desfasado profesionalmente o las tensiones propias de la globalización o el mercado contemos con personas y equipos capaces de presentar un desempeño superior a otras y obtener beneficios adicionales a partir de situaciones adversas e imprevistas.