Dia entona el mea culpa y pide apoyo a sus proveedores

Tal y como avanzó FoodRetail ayer lunes 18 de febrero, Grupo Dia ha celebrado este martes 19 un encuentro con sus proveedores en Ifema con la intención de detallar los planes a corto y medio plazo de la compañía y pedir su apoyo en un momento pleno de turbulencias, después de la opa anunciada por L1 Retail -y a punto de materializarse ante la CNMV-, y de cara a la Junta de Accionistas que la compañía celebrará el próximo 20 de marzo.

El encuentro se ha convertido en todo un ejercicio 'purificador' de asunción de errores, concretamente los cometidos por la anterior directiva de Dia que han llevado a la compañía a la situación en la que se encuentra: pérdida de clientes; tendencia negativa de ventas; deterioro de la marca; pérdida de competitividad; empeoramiento de la relación con proveedores e incluso el reconocimiento del 'estrés' al que está sometido el sistema de franquicias.

Fuentes presentes en la reunión han explicado a FoodRetail que en el encuentro, en el que han participado el consejero delegado de Dia, Borja de la Cierva, y el director financiero de la compañía, Enrique Weickert, se ha desgranado ante los proveedores la situación financiera, corporativa y de estructura de capital de Dia.

Se trata, explican dichas fuentes, de todo un ejercicio de autocrítica muy necesario en la compañía. "Han reconocido que en los últimos tiempos se ha perdido el foco en el cliente, se han complicado en exceso los procesos y todo esto ha llevado a un deterioro en las relaciones". Toda una serie de dudosas decisiones que han llevado a la compañía a la delicada situación en la que se encuentra.

TRANSPARENCIA PARA REFLOTAR LA COMPAÑÍA

El encuentro con los proveedores supone un verdadero acto de transparencia que muchos han echado en falta especialmente en los últimos meses. De hecho, se ha querido hablar con todo el mundo: por la mañana se han reunido con los proveedores de marcas nacionales mientras que por la tarde se ha hecho lo propio con los fabricantes de su marca propia. A todos ellos se les han detallado los movimientos, pasados y futuros, y se les ha pedido su apoyo para sacar adelante la compañía en este acto al que FoodRetail ha tenido acceso en exclusiva.

"Han reconocido que se han hecho muchas cosas mal", explican las fuentes presentes en el encuentro, "desde la relación con los proveedores hasta el cliente, pasando por los accionistas y los franquiciados". Toda una cadena de errores ante los que habrá que depurar responsabilidades.

No en vano, la compañía ha recordado que a lo largo de los últimos meses ha llevado a cabo una investigación con el objetivo de esclarecer los hechos que dieron lugar a determinados ajustes contables en las cuentas de 2017. Una vez finalizada la investigación y como resultado de ésta y la aparición de irregularidades, la compañía procedió a prestar una denuncia ante la fiscalía dentro de ese ejercicio de transparencia del que pretende hacer gala la dirección en esta nueva etapa.

A pesar de todo, los directivos han querido vislumbrar un mensaje de optimismo en medio de toda esta situación. "También se han hecho cosas buenas", han recordado en referencia al extenso sistema de proximidad implantado por la cadena; a las bondades del sistema de franquiciados o a sus alianzas estratégicas con gigantes como Amazon para distribuir sus productos. Clavos ardiendo ante los que piden comprensión a sus proveedores para reflotar un proyecto sobre el que planea, de momento, una opa; el cierre de decenas de tiendas y un ERE que puede dejar sin empleo a 2.000 trabajadores de la compañía.

Habrá que ver ahora cómo han acogido los proveedores este ejercicio de transparencia y hasta qué punto están dispuestos a arrimar el hombro. Desde Foodretail seguiremos informando de los movimientos del que sigue siendo el tercer distribuidor de España.