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¿Qué pueden esperar los retailers para el resto del año?

Los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sugieren que los costes podrían estar conteniéndose

Interior del supermercado Gadis de Santa Cruz (Oleiros, A Coruña)
Interior del supermercado Gadis de Santa Cruz (Oleiros, A Coruña) / Gadisa

"Es la pregunta de la bola de cristal", respondió este jueves Luis Planas cuando le preguntaron por la evolución del resto del año. El ministro de Agricultura Pesca y Alimentación analizó varios de los principales temas de actualidad en la presentación del 'Informe del Consumo Alimentario en España en 2021'.

A petición de los periodistas, el ministro intentó deshojar la margarita, aunque usó como escudo toda la prudencia posible. "Hay una elevada volatilidad en los mercados", comentó el ministro, haciendo referencia a que los distintos movimientos se efectúan con una gran rapidez, lo que dificulta hacer previsiones.

A pesar de eso, Planas se lanzó: "Los últimos análisis indican una estabilización del precio de las materias primas, concretamente alimentarias como los cereales y oleaginosas". El ministro prosiguió: "No sabemos si será transitorio o permanente, pero el escenario medio contempla una estabilización de los precios en lo que queda de año y una disminución para 2023".

"El incremento de los costes de producción está siendo superior al incremento de precio final"

No obstante, el escenario de precios, con incrementos medios del 10% en la alimentación, tiene un efecto sobre las compras. El Ministerio calcula que el volumen de alimentos vendidos puede reducirse un 5%. "Se va menos al supermercado, hay una menor cantidad de compras porque queremos sacarle más producto a nuestro dinero", dice Planas. Esos datos llevan a pensar que los consumidores apostarán por la contención a final de año. En cuanto al año que viene, está por ver si se confirma una bajada de precios de las materias primas y de los precios finales.

Evolución del consumo en 2022

Lo que sí aseguran los datos es que el consumo en España suele seguir una tendencia: a finales de año, a partir de noviembre, se da un subidón del gasto que se prolonga hasta la campaña de Navidad y la primera semana de enero. A partir de entonces, llega una cuesta de enero y se reducen las compras. Dicho comportamiento suele prolongarse hasta febrero y marzo, justo antes de Semana Santa.

"No sabemos si será transitorio o permanente, pero el escenario medio contempla una estabilización de los precios en lo que queda de año"

Se llega así a una Semana Santa en la que los distribuidores sufren una caída abrupta del consumo en favor de la hostelería que, posteriormente se compensa. ¿Qué sucede en mayo? En años normales, se produjeron caídas en volumen de compra de alrededor del 5% y 6% con respecto al mes anterior.

Lo que ha ocurrido este año marca un nuevo paradigma, pues la caída del volumen de ventas en la distribución alcanzó el 11%. Este 2022, esta evolución se ha visto influida por sucesos extraordinarios. En particular, la semana del estallido de la guerra de Ucrania y la del paro patronal del transporte provocaron un efecto acopio. En esos dos picos, el gasto de las familias españolas se incrementó, de media, un 15%.

Precios e impuestos

También se está estudiando en estos meses si está habiendo un traslado de los costes al consumidor final que, como se ha visto, opta por reducir sus compras. Planas apunta que está habiendo un "reparto de cargas", de manera que el comprador no percibe en el precio final el incremento de costes. "El incremento de los costes de producción está siendo superior al incremento de precio final pagado por el consumidor en la distribución", indica.

Ante el descenso en el volumen de consumo que perciben los distribuidores, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de reducir el IVA de los productos. Planas negó que se vaya a valorar. En su opinión, existe un buen número de productos básicos que cuentan con un IVA superreducido, como es el pan, la harina, la leche, queso, huevos, frutas, verduras y legumbres.

El ministro cree que la fiscalidad del sector agroalimentario está suficientemente ajustada y cualquier decisión sobre ese aspecto tendría que venir de un replanteamiento general. Asimismo, aprovecha para recordar que los ingresos extra que percibe el Estado por la subida de precios se están dedicando a apoyar a "otros sectores que lo necesitan".

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