Los robos en los supermercados de Portugal crecen el 40% en el último año
Desde el sector señalan que lo que la gente roba ahora no son los perfumes caros o las botellas de alcohol, sino comida enlatada, salchichas o aceite.
El sector de la distribución alimentaria en Portugal afronta de un tiempo a esta parte importantes problemas, derivados del aumento de la inflación, que se traducen en un incremento más que notable de los robos en supermercados.
De hecho, en los seis primeros meses del año la policía recibió 452 denuncias por hurtos en estos establecimientos. La media es de 2,5 al día y el ritmo, de prolongarse hasta el final del año, será el 40% más alto que los registros del 2021, según un reciente estudio publicado por el diario Expresso y que recoge La Voz de Galicia.
Y es que los precios no paran de subir en el país vecino: en octubre pasado el incremento alcanzó el 10,2%, una cifra récord desde 1992 y que se nota especialmente en los bienes de primera necesidad. En concreto, los precios de la energía se elevaron el 27,6% y los productos alimentarios son el 18,9% más caros, llegando hasta el 34% en casos como el de la leche o 50% en la harina.
La diferencia con los robos que los supermercados han tenido con anterioridad es más que evidente. Según explica la dependienta de una tienda de Oporto, lo que la gente roba ahora no son los perfumes caros o las botellas de alcohol, sino comida enlatada, salchichas o aceite. "Está claro que es porque pasan hambre", asegura. De hecho, tal y como indica, a menudo el importe de las sustracciones es tan bajo, y tan evidente la precariedad de quien lo hurta, que el establecimiento trata de llegar a un acuerdo con el cliente para que lo pague y no denunciarlo.
ROBOS CON DESTINO AL MERCADO NEGRO
Como señala el citado diario portugués, la situación deriva en que muchos de estos robos acaben en un mercado negro, en el que los alimentos son revendidos a precios inferiores a los oficiales. Desde el sector se indica que esta circunstancia revela que se está produciendo "una grave crisis social, pues no hay duda de que son hurtos para comer".
El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha precisado que no se trata de una situación generalizada, aunque asume que el país probablemente "deba tomar más medidas si la guerra se prolonga".
Casi dos millones de portugueses viven con 554 euros al mes, lo que supone que alrededor del 20% de la población subsiste con menos del salario mínimo, de por sí bajo (741 euros). Además, medio millón de ciudadanos de este país dependen de apoyo alimentario a la vez que disminuyen las donaciones recibidas desde el sector agrícola o las distribuidoras de alimentos.
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