A vueltas con los tiques de compra, el bisfenol y el cáncer
El binomio 'tiques de compra-cáncer' sirvió como munición más que suficiente para que una cierta alarma se instalase en el consumidor. Alarma potenciada, una vez más, por el (mal) uso del efecto amplificador de las redes sociales. Una información rigurosa sin alarmismos evitaría ciertas psicosis colectivas.
Mucho se ha hablado durante la última semana de la noticia que hacía referencia a la presencia de bisfenol-A (BPA), una sustancia cancerígena, en los tiques de compra que se elaboran con papel térmico (aquellos en los que la tinta termina borrándose).
La información, que se hacía eco de un estudio internacional liderado por la Universidad de Granada, revelaba que el 90% de los mencionados recibos contienen bisfenol, un disruptor endocrino que altera el equilibrio hormonal en las personas expuestas y conduce a enfermedades como malformaciones genitourinarias, infertilidad, obesidad y cáncer en órganos dependientes de las hormonas, como el de mama.
Pues bien, inmediatamente después de que los medios de comunicación del país se hicieran eco de la noticia, llegó el turno de las interpretaciones y de titulares que oscilaban entre la mera información sobre el contenido del estudio: "Los tiques contienen sustancias cancerígenas"; hasta la simplificación alarmista:"Los tiques de compra provocan cáncer".
Evidentemente, ni el estudio de la Universidad de Granada ni la información reflejada por medios como el que suscribe hablaban en ningún momento de que estos recibos de compra fueran causantes de la enfermedad, sino que simplemente describían la presencia del bisfenol en los tiques, además de dar una serie de consejos sobre su manipulación para que esta sustancia no pasara del recibo al organismo humano.
A pesar de todo, el binomio 'tiques de compra-cáncer' sirvió como munición más que suficiente para que una cierta alarma se instalase en el consumidor. Alarma potenciada, una vez más, por el (mal) uso del efecto amplificador de las redes sociales, hasta el punto de que algunos expertos optaron por aclarar qué es exactamente el bisfenol y cuál es su presencia y riesgos asociados en los tiques de compra.
En resumen, los tiques de compra realizados con papel térmico sí contienen bisfenol-A, pero en una cantidad tan reducida que no conlleva riesgos para el consumidor. Otra cosa son los cuidados que deberían asumir los trabajadores que están en contacto continuo con esta sustancia, que no es ni más ni menos que lo que detallaban las primeras informaciones sobre el estudio de la Universidad de Granada, antes de pasar por los titulares 'excesivos' y el escandaloso altavoz de las redes.
Con la información sobre la mesa, cuanto más precisa mejor, retailers y consumidores deben tomar sus propias conclusiones. Algunos ya lo han hecho y grupos como Bon Preu han decidido adelantar una decisión que ya tenían tomada sobre la eliminación de esta sustancia en sus tiques de compra. Una información rigurosa sin alarmismos evitaría ciertas psicosis colectivas.
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