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El impuesto al plástico, quebradero de cabeza a la española: precipitado, injusto, anticompetitivo...

Los empresarios se han encontrado complejidades administrativas y problemas de abastecimiento, dado que muchos de sus proveedores europeos no pueden cumplir con los requisitos de trazabilidad que se les piden. Profesionales y asociaciones del sector se muestran muy críticos.

FOOD RETAIL & SERVICE

25 de mayo 2023 - 17:51

El impuesto al plástico sale 'caro' al sector de gran consumo
El impuesto al plástico sale 'caro' al sector de gran consumo / Redacción FRS

"El nuevo impuesto al plástico es muy injusto y anticompetitivo", declaraba ayer Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab), como informamos en Food Retail. Las reacciones no han dejado de sucederse y los expertos coinciden: el nuevo impuesto a los plásticos está causando serias dificultades en las importaciones de las empresas españolas.

Las exigencias y complejidades del impuesto están generando incertidumbre entre las compañías extranjeras, algunas de las cuales han optado por abandonar el mercado y buscar nuevos clientes.

En primer lugar, la norma se ha aprobado aceleradamente y sin el debido proceso, añadiendo cargas e incertidumbres burocráticas a las operaciones empresariales. La orden y las cuestiones dudosas de la Ley 7/2022 no se publicaron en el BOE hasta el 30 de diciembre de 2022 y ésta entró en vigor a partir del 1 de enero de 2023, sólo dos días más tarde.

Además, en el sector alimentario se cuestiona la efectividad medioambiental de la medida. Expertos como Jorge Jordana, patrono del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación, sostienen que el 80% de la contaminación por microplásticos procede del textil y el desgaste de neumáticos. Álvaro Crespo, socio de Marimón Abogados, sospecha que detrás del impuesto hay "un afán recaudatorio", aunque el trasfondo de la medida sea acertado.

José María Bonmatí, director general de Aecoc, ha destacado el hecho de que España sea el único país de la UE que ha implantado un impuesto al plástico, "en el peor momento, debido a la inflación de costes, con altos costes administrativos, con un ámbito de aplicación excesivo y una gran complejidad de declaraciones aduaneras y movimientos intracomunitarios".

Stella Raventós, presidenta de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), criticó duramente este impuesto en el Congreso Tributario celebrado esta semana en Toledo. Según ella, "hay impuestos que son confusos, mal diseñados y fruto de decisiones precipitadas. El impuesto sobre los plásticos es un claro ejemplo de ello".

La Agencia Tributaria ha asegurado estar trabajando para resolver las dudas y dificultades de las empresas afectadas. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda no prevé cambios en el texto por el momento, a pesar de las peticiones de las compañías importadoras de una mayor claridad y simplificación que no obstaculice la actividad económica.

Los afectados por este impuesto deben pagar 0,45 euros por cada kilogramo de plástico no reciclado que utilicen en el proceso de fabricación o por cada kilogramo de plástico importado. El problema radica en la dificultad de determinar la cantidad de plástico que contiene la mercancía al recibirla de otros países. Esto ocurre, por ejemplo, con el film protector de palets o el plástico de burbujas utilizado por los operadores logísticos para embalar mercancías.

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