Nace Alimenthia, la app de escaneo alimentario que respaldan Bonpreu, Condis y Veritas

Bonpreu, Condis y Veritas colaboran con la nueva app Alimenthia que nace con el objetivo de ayudar a realizar la compra a personas con intolerancias alimentarias o que siguen algún tipo de dieta.

Esta aplicación cuenta con una base de datos de más de 130.000 productos de más de 5.000 marcas, que se actualizan con más de 9.000 referencias/mes. Para usar la app, el usuario introduce su perfil en función de sus sensibilidades alimentarias y escanea el código de barras de los productos con la cámara del teléfono móvil. La app les indica, en menos de 0,1 segundos, si el producto es apto o no para el consumo.

Alimenthia detecta los 14 ingredientes de declaración obligatoria, productos que la ley exige a los fabricantes resaltar en las etiquetas (altramuz, apio, cacahuetes, cereales con gluten, crustáceos, frutos secos, huevos, lácteos, moluscos, mostaza, pescado, soja, sulfitos y sésamo) y, además, sorbitol, lactosa, dieta vegana, dieta ovolacteovegetariana, dieta baja en fructosa y dieta baja en FODMAP.

"Alimenthia es la única app que detecta al instante los cambios en la composición de los productos que introducen los fabricantes", explican Quim Sanchez y Felix Ribera, fundadores de esta iniciativa. Y esto se consigue gracias a la colaboración que mantienen con las citadas enseñas, que dan como fruto tener el 100% de los productos actualizados de todos los supermercados.

El propósito de estos emprendedores es que las personas con restricciones en su alimentación pierdan menos tiempo en el supermercado: "Las personas con sensibilidades alimentarias se ven obligadas a leer al 100% las etiquetas de los productos que van a comprar. A esto hay que sumar que no todos los productos que encontramos en la tienda vienen claramente etiquetados", explican los responsables.

Según el análisis llevado a cabo por los fundadores de esta app, una persona que no padezca ninguna sensibilidad alimentaria tarda una media de 60 minutos en realizar su compra semanal y, este tiempo, se puede llegar a multiplicar hasta por tres en función de las intolerancias o dietas de los consumidores.