La guerra Intermarché-Unilever se recrudece: "Es denigrante"
La multinacional británica ha enviado una queja formal a Intermarché, que ha sido respondida por el retailer con un tono aún más desafiante.
A medida que se acerca el periodo de negociación fijado por la ley, la guerra entre distribuidores y fabricantes en Francia adquiere cotas de crispación nunca antes vistas.
Ayer informamos acerca de los carteles que Intermarché decidió situar junto a los helados Magnum (de Heartbrand, que pertenece a Unilever) para denunciar la reduflación y las "malas prácticas" del fabricante.
La multinacional británica ha enviado comisionados para solicitar que los carteles sean retirados inmediatamente. En una nota, a la que ha tenido acceso el periodista francés Olivier Dauvers, considera "denigrante" el mensaje de estos carteles, ya que "sugieren que el solicitante (Unilever) se está comportando de manera desfavorable para el consumidor".
En concreto, los mensajes a los que Unilever hace alusión son tres: el ya referido de Magnum, "Antes, Magnum quería decir Grande"; "Carte d'Or no va con el reverso de la cuchara" (un juego de palabras que en francés quiere decir "no se andan con rodeos", en referencia al alza de precios en sus productos) y "Knorr, me encanta, me encantaba".
Junto a estos mensajes, Intermarché proporcionaba datos acerca de la disminución de gramajes y el correlativo aumento de precio por kilo, al tiempo que reivindicaba su papel a la hora de "advertir cuando los comportamientos (de los fabricantes) sean desfavorables a los consumidores".
En respuesta a la queja formal de Unilever, Intermarché no sólo no ha retirado los carteles, sino que ha decidido ampliarlos. Así ha sucedido, al menos, en uno de sus establecimientos, informa Dauvers.
La guerra está servida y no da señales de agotamiento. Al menos, hasta que concluya la negociación de plantillas.
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