Las grandes cadenas de distribución en España, como Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés o Ikea, tienen previsto trabajar con todos los eslabones de la cadena de valor para tratar de garantizar que la guerra arancelaria abierta por EE.UU. no baje la competitividad en los mercados de sus producciones.
"Las medidas anunciadas por la Administración norteamericana y la previsible respuesta que se anuncien desde otros países va a tener un impacto en las cadenas de valor globales", ha reconocido la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (La Distribución-Anged).
Esta entidad considera que es "pronto para poder valorar el alcance" de las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, si bien recuerda que, en el caso de España, uno de los sectores más afectados es el agroalimentario.
La Distribución-Anged asegura, no obstante, que buscará soluciones para garantizar la competitividad de la actividad "como ha ocurrido en otros escenarios de crisis internacional".
Por su parte, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (Fiab), ha calificado de "error" los aranceles anunciados por Trump, al tiempo que ha reclamado al Gobierno español y a la Unión Europea (UE) una respuesta "rápida y contundente, con reciprocidad".
ARANCELES "INJUSTIFICADOS"
Por su parte, ante esta situación, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) ha compartido la preocupación del comercio europeo, expresada por la patronal EuroCommerce, que pide también "conversaciones comerciales rápidas entre la UE y EE. UU."
Asedas recuerda el incremento de los costes de producción de la alimentación en los últimos años derivados del precio de la energía y de las consecuencias de la guerra en Ucrania, entre otros, que han provocado "altos niveles de inflación". "Nos enfrentamos ahora a un nuevo desafío por la variedad de productos que pueden verse afectados y por el alcance incierto de esta guerra comercial, que puede alterar las cadenas de suministro del comercio internacional", subraya.
En este contexto, la entidad hace un "llamamiento a las autoridades españolas y europeas a emitir una respuesta proporcionada y a acelerar los cauces de diálogo".
"La distribución alimentaria española responderá, como ha demostrado en las últimas crisis -pandemia, catástrofes naturales, inflación…-, con responsabilidad para mitigar en el consumidor lo más posible los efectos que pudieran derivarse de este nuevo desafío", concluye.
Cabe destacar las palabras de Christel Delberghe, directora general de EuroCommerce, expresando su "profunda preocupación por los aranceles injustificados". "Perjudican el crecimiento económico y el bienestar del consumidor. Implican un desafío para las empresas y los consumidores, incrementan los costos, interrumpen las cadenas de suministro y reducen la variedad del mercado. El impacto en el comercio minorista y mayorista es enorme debido a la amplia gama de productos que ofrecen (alimentos, textiles, bienes de consumo, bienes industriales, productos farmacéuticos). El aumento de los costos conlleva un aumento de los precios de todos los bienes, lo que agrava la inflación. Los aumentos arancelarios repentinos pueden hacer que las relaciones comerciales sean económicamente inviables, lo que provoca escasez de suministro, pérdida de empleos y una reducción del poder adquisitivo de los consumidores", añade.
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