Walmart, Lidl, Costco, Amazon, Ikea... Los retailers toman el control de sus líneas marítimas
El descenso en la fiabilidad de las cadenas de suministro ha llevado a los grandes distribuidores a gestionar sus propias líneas marítimas con la intención de controlar rutas, tiempos y espacios de carga. Analizamos las estrategias de los retailers.
En octubre de 2021, Walmart anunció la adquisición de The Flying Buttress, un antiguo barco granelero que sería acondicionado con la intención de transportar juguetes entre Asia, Estados Unidos y Canadá.
El gigante norteamericano acometió la compra impulsado por la necesidad de asegurarse el suministro puntual de bienes en el tramo final del año, marcado por el Black Friday, Acción de Gracias y Navidad. Sin embargo, la operación reflejaba una tendencia —iniciada por Amazon algunos años antes— que se ha acrecentado desde entonces.
Multitud de grandes distribuidores —entre ellos, Costco, Lidl e Ikea— han tomado el control de sus líneas marítimas. Iniciada a mediados de 2021, esta tendencia se ha extendido particularmente en las rutas transpacíficas entre Asia y la costa Oeste de Estados Unidos, pero también en Europa.
Los retailers toman el control
La cadena de trastornos desencadenados en transporte y logística como consecuencia de la pandemia y el deterioro de la coyuntura geopolítica ha dado lugar a serios problemas de fiabilidad y carencia de servicios que, entre sus muchas consecuencias, ha empujado a los grandes distribuidores a adquirir o arrendar barcos y containers para gestionar directamente su propia logística.
Como consecuencia de la incertidumbre derivada de la pandemia, los navieros optaron por reducir escalas y trayectos. Sin embargo, la demanda de bienes de consumo creció de manera sustancial, lo que dio lugar a un desequilibrio entre oferta y demanda. Muchas compañías no encontraron espacio para transportar sus bienes y, cuando lo encontraban, se producían retrasos como consecuencia del colapso de los puertos principales (véase Shanghai o Los Ángeles).
Si bien es cierto que las compañías navieras reanudaron sus servicios habituales con rapidez, las consecuencias de este trastorno inicial todavía resuenan hoy en día: congestión en puertos, incremento de tiempos de tránsito para los barcos y una sensible caída en la fiabilidad de los servicios marítimos. Este último punto es crucial, dado que la escasez de productos ha afectado directamente a la reputación de las marcas y minoristas.
De acuerdo a Olga Salvador y Carles Mayol, autores del estudio impulsado por el Puerto de Barcelona From Just in time to Just in Case, la puntualidad de los barcos, que se encontraba en el 80% antes del Covid-19, ha caído al 33% después de la pandemia. La menor fiabilidad de los servicios y el incremento de sus costes ha llevado a los grandes distribuidores a involucrarse directamente en la gestión del transporte de sus mercancías para solucionar la situación.
Amazon, pionero en servicios marítimos
En 2016, Amazon ya dio los primeros pasos en esta dirección cuando obtuvo una licencia de la Federal Maritime Comission para operar como cargador entre China y Estados Unidos.
Desde entonces no ha dejado de incrementar su presencia directa en su cadena de suministro, si bien afecta principalmente a artículos considerados cruciales para cubrir su oferta básica o a artículos relacionados con campañas comerciales específicas.
Walmart
En octubre de 2021, Walmart comenzó a fletar sus propios barcos con la finalidad de asegurar el aprovisionamiento de no alimentación en sus campañas de Black Friday y Navidad.
Joe Metzger, vicepresidente ejecutivo de Supply-Chain Operations en Walmart Estados Unidos, declaró entonces a Reuters que "fletar barcos era sólo un ejemplo de las inversiones que la compañía está llevando a cabo para mover productos de la manera más rápida posible".
El objetivo del gigante norteamericano era evitar puertos congestionados y asegurarse espacio de carga en una época en que la pandemia y el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China habían puesto de relieve la fragilidad de las cadenas de aprovisionamiento globales.
Costco
El gran competidor de Walmart en Estados Unidos, Costco, adquirió tres barcos en 2021, y desde entonces sus operaciones no han dejado de aumentar.
En marzo de 2022 anunció que fletaría un total de siete barcos a lo largo de los siguientes tres años, lo que permitirá a Costco cubrir cerca de una cuarta parte de sus necesidades de carga entre Asia, Estados Unidos y Canadá, según informó el director de Finanzas de la compañía, Richard Galanti, durante la presentación de sus resultados del segundo trimestre de 2022.
Lidl, un gigante europeo
La compañía marítima de Lidl, Tailwind Shipping Lines, nació en julio de 2022 con la finalidad de conectar directamente los mercados de aprovisionamiento del discounter alemán en Asia con su red de establecimientos en Europa.
El discoutner alemán controla así su cadena de aprovisionamiento Asia-Europa, lo que le permite ganar eficiencias y gestionar la creciente producción de sus instalaciones de manera más flexible.
La filial marítima ya ha anunciado su intención de incrementar el servicio a terceros.
Ikea
La multinacional sueca Ikea —que, recordemos, también cuenta con un amplio surtido alimentario— anunció en septiembre de 2021 la compra de barcos de carga y containers para asegurar el suministro en sus establecimientos.
Acontecimientos como el del Ever Given, que habían ocasionado retrasos y escasez de materiales en sus estanterías, fueron el detonante de la decisión de la compañía.
Coca-Cola
No sólo los distribuidores han iniciado a gestionar directamente sus líneas marítimas: también los grandes fabricantes. Éste es el caso de Coca-Cola, que el 1 de octubre de 2021 anunció el flete de tres grandes barcos de mercancías para transportar 60.000 toneladas de materias primas con la finalidad de garantizar el aprovisionamiento de su cadena mundial de producción.
¿Cuáles son las ventajas de gestionar directamente las propias líneas marítimas?
Los datos acerca de la puntualidad y fiabilidad de estas compañías gestionadas directamente por los distribuidores y fabricantes no se han hecho públicos. Es cierto que existen imponderables a los que no pueden escapar (sobre todo, de orden geopolítico), pero gestionar y controlar toda la información es clave en un contexto logístico marcado por la incertidumbre.
En primer lugar, la integración marítima permite a los retailers fijar rutas y horarios conforme a sus intereses. Los cargadores especializados cuentan con sus propias rutas y horarios, que no necesariamente coinciden con los más interesantes para los retailers. Al tomar control directo, pueden optimizar este aspecto.
En segundo lugar, los retailers fletan barcos más pequeños, lo que les permite evitar puertos congestionados y descargar cargamentos en menos tiempo que a través de las líneas marítimas especializadas.
Nuria Lacaci, secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE), considera en declaraciones a este medio que la gestión directa de los retailers supone "perder las ventajas que proporciona la economía de escala asociada a buques de 24.000 Teus, pero se ganan otras que también suponen un ahorro en costes, como son la fiabilidad y el tiempo de tránsito".
Por todo esto, no debería sorprendernos si en el futuro los grandes retailers y fabricantes perseveran en esta estrategia, al menos en aquellas líneas de producto en que la disponibilidad y la puntualidad de envío sean cruciales. Su reputación está en juego.
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