Inteligencia Artificial aplicada a... ¿la cerveza?
Carlsberg se ha puesto manos a la obra para incorporar esta tecnología a la industria de la cerveza y explica cómo lo hace.
Aplicar las tecnologías más punteras a industrias de toda la vida empieza a ser el camino hacia la innovación por el que apuestan algunas compañías. Es el caso de Carlsberg. La cervecera danesa se ha puesto manos a la obra para incorporar la Inteligencia Artificial (IA) a sus procesos de fabricación y explica cómo lo está haciendo.
El denominado Beer Fingerprinting Project da soporte a los investigadores de la compañía danesa, la cuarta más grande del mundo con 140 marcas de bebidas en 150 países, al utilizar sensores avanzados y métricas que mapean y predicen más rápido los sabores. Todo ello, asistido por un cambio a la nube, que acelera la estrategia de crecimiento de la compañía denominada Sail’22 y que hace frente a la creciente presión competitiva, explica la firma.
Conocido como Dr. Beer, Jochen Förster es el director de levaduras y fermentación para el Laboratorio de Investigación de Carlsberg, y su principal tarea es desarrollar una base científica tan completa como sea posible para los procesos de malteado, elaboración y fermentación de la cerveza.
"Puede sonar muy bien tener que probar litros y litros de cerveza al día, pero en realidad, creamos cientos de microlitros de cerveza, en volúmenes tan pequeños que ni siquiera son evaluables", explica Förster. "Por eso nos dimos cuenta de que, si contábamos con sensores que nos dijeran desde un primer momento si la levadura se podría utilizar para la producción de cerveza a gran escala, y que reconociera los químicos y sabores que la componen para predecir cómo sería el sabor final de la propia cerveza, nos ahorraríamos muchísimo trabajo y avanzaríamos en nuestra investigación más rápido", añade.
LOS PRIMEROS LOGROS
El laboratorio comenzó así a trabajar en el desarrollo de estos sensores con la Universidad de Aarhus, con la Universidad Técnica de Dinamarca, para establecer cómo implementarlos en los diferentes escenarios del proceso de fermentación, y con Microsoft, para analizar las señales de los propios sensores utilizando la IA, incluyendo algoritmos de machine learning, que miden los sabores y aromas creados por la levadura y otros ingredientes.
El proyecto empezó hace aproximadamente seis meses y tiene una duración estimada de tres años, por lo que aún es pronto para hablar de resultados detallados. Sin embargo, los sensores ya pueden diferenciar entre diferentes Pilsen y Lager, y los investigadores se encuentran actualmente afinando el sistema y desarrollando software que facilite el trabajo a los técnicos, que no están acostumbrados a utilizar IA para su trabajo diario, según ha aclarado el propio Förster.
El objetivo es trazar una huella del sabor para cada muestra y reducir hasta un tercio el tiempo que se tarda en investigar sus diferentes combinaciones, y así ayudar a la compañía a obtener un mayor número de tipos de cervezas que puedan ser comercializadas más rápidamente.
Cuando Förster empezó a trabajar hace 20 años, un consorcio internacional de docenas de investigadores acababa de descifrar y publicar el genoma de la levadura, después de años de investigaciones. Ahora, se pueden obtener datos sobre cualquier cepa en una semana y con mucho más detalle. Esta velocidad ha creado una gran cantidad de datos, y es aquí donde aparece la IA, analizando rápidamente estos conjuntos de datos y mostrando los patrones que tienen en común.
Los avances tecnológicos en la comunicación también están ayudando al equipo de Förster en su trabajo diario. El Beer Fingerprinting Project es un "proyecto muy escandinavo", desarrollado en diferentes ciudades de Dinamarca y Suecia.
PLATAFORMA REINVENTADA
La cervecera danesa acaba de efectuar una reinvención a gran escala de su plataforma de infraestructura para aumentar su rendimiento y, sobre todo, su agilidad y velocidad.
Gracias a la migración de sus 500 servidores a Microsoft Azure a principios de este año y a la instalación de Office 365 y Windows 10, la cervecera danesa cuenta no solo con la estructura para gestionar sus plataformas principales, sino que los propios empleados tienen a su disposición un ambiente de trabajo más colaborativo.
"Esencialmente, estamos aprovechando el paradigma digital para establecer nuevas maneras de conectar con nuestros trabajadores, clientes y consumidores", apunta Sara Haywood, Chief Technlogy Officer del Grupo Carlsberg. "La rapidez es fundamental aquí para poder acceder a estas oportunidades y mantenernos al frente de nuestra competencia", agrega.
La nube es también la plataforma base para el concepto de 'bar conectado' que Carlsberg está desarrollando en una prueba piloto en treinta pubs. El prototipo hace uso del IoT para ofrecer información a los dueños de los bares que les ayude a gestionar eficazmente sus stocks de barriles, la temperatura de la cerveza, mejorar su rentabilidad y la propia experiencia de sus clientes.
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