Macron critica a las centrales de compra de la distribución instaladas en países vecinos como España
El presidente de Francia carga contra las centrales de compra de los grupos de distribución que se han implantado fuera de Francia, en países vecinos como España, para "puentear" la legislación de su país, que protege los precios de sus agricultores.
Macron, que comparecía ante la prensa al término de una visita a Suecia, insistió en que "es muy fácil echar las culpas a Europa" por las "dificultades" por las que atraviesan algunos sectores de la agricultura cuando la Política Agraria Común (PAC) les garantiza unos ingresos, pero al mismo tiempo pidió "un debate europeo" sobre cuestiones como las centrales de compras.
"Algunos grandes distribuidores han organizado con grandes centrales de compra el puenteo de la legislación francesa", denunció sin citar casos concretos.
Se refería a la llamada 'ley Egalim' que impone a los industriales y a los grupos de distribución al negociar con los agricultores unos precios que como mínimo cubran sus costes de producción.
Según el presidente francés y su ministro de Agricultura, Marc Fesneau, los grupos de distribución utilizan las centrales de compras que han creado en otros países, en particular en España, Bélgica o Países Bajos, para no tener que cumplir las reglas de precios de la 'ley Egalim' y comprar productos agrícolas en países vecinos, más baratos.
El grupo francés Leclerc constituyó en 2016 la central de compras Euirelec Trading con su socio alemán Rewe. Système U también tiene una central de compras en Países Bajos con otras empresas del sector neerlandesas y alemanas.
Carrefour, por su parte, ha agrupado desde 2023 sus filiales en Francia, España, Italia, Bélgica, Rumanía y Polonia en la central de compras Eureca, con sede en España.
Ante la presión de los agricultores franceses, que tienen bloqueadas decenas de autopistas y carreteras por todo el país, sobre todo con un "asedio" a París, con cortes en ocho autopistas de acceso a la capital, Macron ha organizado un encuentro el jueves durante el Consejo Europeo extraordinario con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
De cara a esa reunión, el presidente francés dijo que tiene intención de abordar algunas de las reivindicaciones de los agricultores, en especial las importaciones sin aranceles de productos agrícolas ucranianos, en especial el pollo y los cereales, que a su parecer "desestabilizan el mercado europeo".
También pedirá a Von der Leyen "flexibilidad" en las reglas de la PAC que imponen el barbecho para el 4% de las tierras y el fin de la negociación con Mercosur sobre el acuerdo de libre comercio, porque considera que en su formulación actual no es compatible con las reglas sanitarias o medioambientales que se exigen a los agricultores franceses.
Subrayó que para el acuerdo con Mercosur "queremos claridad", lo que significa que "pedimos que el acuerdo tal y como está no se firme". Según sus palabras, se trata de "mantener en Europa una política coherente" con su objetivo de "soberanía alimentaria".
Macron puntualizó que su rechazo al acuerdo con Mercosur no equivale a rechazar todos los acuerdos de libre comercio, y así precisó que los establecidos con Nueva Zelanda y Chile establecen "cláusulas espejo" por las que se exige a los productos importados que cumplan las mismas reglas climáticas, medioambientales y sanitarias que se exigen a la producción en la UE.
La conferencia de prensa del jefe del Estado francés en Estocolmo junto al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, se produjo casi simultáneamente al discurso en París del primer ministro francés, Gabriel Attal, sobre política general, que marca las prioridades para su mandato, iniciado el pasado día 11 con su nombramiento.
Attal se refirió indirectamente a las protestas que se viven en las autopistas y carreteras del país, al señalar que "debe haber una excepción agrícola francesa".
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