Los minoristas belgas afrontan su mayor crisis: 1 de cada 6 súper, en riesgo de cierre
La Federación Belga de la Industria Alimentaria señala que tres de cada diez belgas cruzaron la frontera en 2022 para comprar alimentos, lo que supuso una pérdida de ingresos de 543 millones de euros para los supermercados del país.
La distribución alimentaria en Bélgica afronta un panorama sombrío. Acuciada por la crisis energética, la alta inflación y la feroz competencia en el país, el sector vive un momento crítico. De hecho, uno de cada seis supermercados presenta problemas estructurales y corre el riesgo de cerrar, según un estudio realizado por Gondola y el especialista en datos comerciales Graydoncreditsafe.
En concreto, el 46,2% de estos establecimientos experimentan dificultades financieras en caso de problemas inesperados. "Han agotado sus reservas y no tienen forma de lidiar con un posible nuevo shock", explica Eric Van Den Broele de GraydonCreditsafe.
Para el 16,2% de los supermercados, la situación aún es peor: temen la quiebra porque su situación financiera es estructuralmente mala. En total, 576 empresas alimentarias podrían correr esta suerte, indica el análisis.
Otro dato inquietante es que el margen de beneficio de estos establecimientos cayó a un mínimo histórico del 1,29%.
PLANES DE DELHAIZE
Esta investigación llega en un momento en que los planes de Delhaize de deshacerse de sus 128 tiendas propias están causando revuelo. Esta enseña belga reveló que cerca de 200 personas ya están interesadas en hacerse cargo de las 128 tiendas.
"La transferencia de tiendas a independientes puede ser comprensible, pero solo cambia el problema", señala Van Den Broele al respecto. "Hay dos escenarios posibles: o tendremos muchas quiebras en el próximo período, o habrá más adquisiciones y solo habrá grandes jugadores que absorberán a todos los pequeños", añade.
Por su parte, la Federación Belga de la Industria Alimentaria (Fevia) ha subrayado que tres de cada diez belgas cruzaron la frontera en 2022 para comprar alimentos, es decir, una vez cada seis semanas de media, lo que supuso una pérdida de ingresos de 543 millones de euros para los supermercados belgas y otros puntos de venta minorista, recoge ESM.
Francia fue el destino preferido, con el 58% de las compras realizadas allí, seguida de los Países Bajos (22%), Alemania y Luxemburgo (ambos con el 20%).
Entre octubre y diciembre de 2022, el gasto de los compradores belgas en los países vecinos aumentó el 36%, ya que los precios de la energía y los alimentos aumentaron considerablemente en su mercado local.
Se prevé que las compras transfronterizas pueden seguir aumentando en 2023, dado que los precios crecen a un ritmo más lento en Francia que en Bélgica, según la Federación.
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