Una solución para el desperdicio de alimentos en el mundo: la 'hora feliz'
La cadena de supermercados S-market de Finlancia ofrece a sus clientes la posibilidad de llevarse alimentos a punto de caducar muy rebajados a partir de las 21.00 horas.
La 'hora feliz' ha llegado a la cadena de supermercados S-market de Finlandia. Y os preguntaréis: ¿En qué consiste esta iniciativa? Pues bien, en algo en lo que cada vez se está poniendo mayor cuidado: el desperdicio alimentario. Un problema que tanto las cadenas de alimentación como los consumidores pueden ayudar a resolver con ideas como la que ahora os contamos.
El caso es que los clientes de este supermercado finlandés (que cuenta con 900 establecimientos en el país) se dan cita a las 21.00 horas para lograr importantes descuentos en productos cuya fecha de caducidad concluye esa medianoche. Filetes de pollo o de salmón, carne de cerdo y otros muchos alimentos rebajan su precio, aún más, llegada esa hora. Si ya contaban con el 30% de descuento, a partir de ese momento pueden alcanzar el 60% de ahorro.
Esta medida forma parte de una campaña a dos años vista cuyo objetivo es reducir el desperdicio de comida. Los ejecutivos de la empresa de ese país, célebre por su afición a las bebidas alcohólicas, decidieron llamarla "hora feliz" para atraer a sus propios clientes frecuentes, como cualquier bar respetable, informa The New York Times.
"Me tienen enganchado", asegura Kasimir Karkkainen, de 27 años, empleado de una ferretería, mientras revisa la sección de carne en el S-market de Vallila (Helsinki). Son las 21:15 y esta cliente ha seleccionado un paquete de costillas de cerdo y un kilo de lomo de cerdo envasado. El coste total después del descuento: el equivalente a 4,63 dólares.
En España, la lucha contra el desperdicio se está asentando en el retail alimentario y algunas cadenas ofrecen ya descuentos en alimentos con fecha de caducidad próxima. Mercadona es un ejemplo de ello. También han surgido webs nacidas para presentar cara a esta batalla, como Too Good To Go, que buscan hacer partícipes a los consumidores de la solución a este grave problema. Y es que, en términos globales, cerca de un tercio de los alimentos producidos y envasados para consumo humano acaban en la basura, es decir, 1.300 millones de toneladas al año, según la FAO.
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