"A veces, los envases 'ecológicos' duran menos y son menos sostenibles que el plástico"
Expertos consideran que debe analizarse el ciclo de vida del producto, por encima del material empleado. Muchas compañías, después de realizar estudios de ciclo de vida, ya han recuperado el plástico en sus envases. Sin embargo, el consumidor sigue realizando sus compras basado en ideas preconcebidas.
El sector del packaging alimentario ha sufrido una fuerte sacudida a raíz del nuevo impuesto al plástico y las recientes obligaciones legislativas asociadas.
Las medidas, que no habían sido consensuadas con el sector, han introducido nuevas complejidades y producido situaciones paradójicas.
"En la actualidad no se puede cumplir con las obligaciones legislativas en relación a los envases, dada la oferta de material reciclado que tenemos a día de hoy", sostiene Mercè Gorina, project manager de Sostenibilidad en Packaging Cluster, en la tarde de hoy durante el Auténtica Food Fest 20023 celebrado en Sevilla.
En concreto, es muy difícil encontrar material reciclado apto para alimentación, puesto que debe reunir características de resistencia, aislamiento y seguridad muy específicas.
De hecho, en la actualidad sólo se permite el uso de PET, de empleo muy habitual en industrias como la de envasado de agua.
"En la actualidad, los proveedores nos dicen: 'Hay poco PET y además es caro'", explica Marta Sendón, gerente en Lume Alimentación.
Reciclaje químico, ¿el futuro?
La legislación obliga a que no haya en los plásticos susceptibles de reciclado para uso alimentario más del 5% de productos no aptos para la alimentación, lo que restringe enormemente la oferta de plásticos disponibles para la industria.
Esto significa que en la actualidad se desperdician todos los plásticos usados para contener detergentes, tóxicos, etc.
"Una nueva tendencia que podría poner fin a este problema es el reciclaje químico, que consiste en polimerizar y renovar el plástico casi desde cero. Esto sí permitiría reciclar más tipos de plásticos y certificarlos como aptos para la alimentación. Por desgracia, a día de hoy hay muy pocas plantas que puedan certificar algo como apto para alimentación", explica la encargada de Sostenibilidad en Packaging Cluster.
Además, la legislación no sólo ha introducido nuevas cargas en las empresas —45 céntimos por kilo de plástico—, sino que las ha obligado a realizar un esfuerzo para satisfacer las exigencias de la legislación.
"Muchas empresas han debido contratar más personal sólo para contabilizar cuántos kilos de plástico compran. Algo que no les genera valor, les está suponiendo gastos adicionales", explica Gorina.
Los consumidores, ¿se equivocan al demonizar el plástico?
El plástico se ha usado de manera generalizada en la industria alimentaria debido a sus propiedades. Es ligero, buen aislante —previene la humedad, la aparición de hongos, etc.— y permite garantizar la conservación de los alimentos.
"Mi primera prioridad es garantizar la salubridad del producto", defiende Marta Sendón. "El plástico en la actualidad está muy demonizado, pero terminará siendo como el aluminio: podrá reciclarse infinitas veces", dice.
En los últimos años los consumidores han abandonado masivamente los productos que usan envases de plástico, en la creencia de que son los más contaminantes y perjudiciales para el medioambiente. Sin embargo, ¿se equivocan?
De acuerdo a las dos expertas, más importante que el material con el que está fabricado un envase es el ciclo de vida del mismo.
En el futuro, usaremos plásticos compostables que permitan "fabricar envases a partir de otros envases, reciclando en cadena y reduciendo el desperdicio", proyecta la experta.
Asimismo, considera que el futuro son los monomateriales, que simplificarán enormemente la tarea de reciclar.
En una línea similar, fabricantes hortofrutícolas están comenzando a aprovechar los residuos de sus procesos de elaboración de zumos y purés para fabricar envases.
"A veces, el consumidor compra productos que no son sostenibles pensando que lo son. Ahí entra la comunicación", advierte Gorina.
La profesional del packaging es muy enfática en este punto: "No hay un envase sostenible: hay que realizar análisis de ciclo de vida del producto. A partir de ahí hay que comunicar al consumidor cuál es el envase más sostenible, incluso si a simple vista pudiera tener una idea equivocada. El consumidor a veces percibe como más sostenibles cosas que no lo son".
"A veces, estos 'envases ecológicos' duran mucho menos y son menos sostenibles que el plástico'", insiste.
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