La industria agroalimentaria cree que la situación del sector es cada vez más "frágil"
El sector está padeciendo las consecuencias de la COVID19, de la guerra de Ucrania, el encarecimiento de los costes de la energía y problemas de suministro de materias primas
La Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunidad Valenciana (Fedacova) advierte de la frágil situación por la que atraviesa la industria agroalimentaria. Si el 2021 fue un ejercicio complejo para el sector, el primer semestre de 2022 ha visto agravado las dificultades.
A las consecuencias derivadas de la COVID19: cierres en hostelería, incremento de bajas laborales, y costes sanitarios; se ha sumado el encarecimiento de los costes de la energía, logísticos y de materias primas. Además, se han registrado problemas de suministro de todo tipo de materiales, que ha afectado al abastecimiento de materias de la industria y a nuevos proyectos de inversión tecnológica. Las firmas agroalimentarias también se están viendo afectadas por la escasez de talento en competencias clave para el sector.
La guerra de Ucrania, la crisis de Argelia y el paro de transportes del mes de marzo, han agravado estas consecuencias, colocando a las empresas del sector en una delicada situación y provocando una notable disminución de sus márgenes. “Además, el aumento de los precios ha supuesto una significativa ampliación de su capital circulante, debido al incremento en el valor de las ventas y, por lo tanto, en el saldo deudor de sus clientes. Ello ha creado una necesidad importante de tesorería que han tenido que financiar adicionalmente a las tensiones sufridas con sus costes”, explica el secretario general de Fedacova, Sergio Barona.
“En estos momentos, la cadena de valor está haciendo un esfuerzo de supervivencia para no poner en riesgo la calidad, la seguridad alimentaria y las inversiones. Desde la industria se quieren seguir garantizando estos factores de calidad y seguridad de los productos, así como seguir ofreciendo valor añadido a través de la sostenibilidad medioambiental, económica y social”, apuntan desde Fedacova.
Se suma a estas problemáticas la excesiva regulación que sufre el sector. Leyes y políticas fiscales planteadas para hacer frente a los retos del sector, como la sostenibilidad o la salud, pero que se muestran ineficaces.
Además, las distintas legislaciones según territorio suponen una ruptura de mercado que genera inseguridad. “Necesitamos un mercado interior sólido que promueva la inversión y la competitividad de las firmas del sector”, señala Barona.
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